El Deportivo se aferra a las matemáticas

Jonathan Moreno

Riazor se está acostumbrado al sufrimiento. Lejos quedan los tiempos del Súper Depor de Arsenio Iglesias o el equipo que asombraba a La Liga con Djalminha, Roy Makaay, Víctor e Irureta en el banquillo. A la sombra de la Torre de Hércules se ha instalado un halo de pesimismo, con constantes cambios de entrenador y una plantilla con fichajes de dudosa calidad.

Desde el regreso a Primera en la 14-15, el Deportivo no logra salvarse holgadamente. Precisamente en esa temporada lo consiguió en la última jornada empatando a dos en el Camp Nou con un gol de Álex Bergantiños, en un partido que los azulgranas vencían por 2-0 y donde los de Luis Enrique levantaron el pie del acelerador tras el descanso. Era la campaña del segundo Triplete.

El banquillo coruñés es una trituradora de técnicos. En lo que llevamos de década, Riazor ha visto hasta diez huéspedes diferentes al frente de la escuadra herculina. Esta campaña, sin ir más lejos, tres. Pepe Mel tomó las riendas mediada la temporada anterior y consiguió salvar al equipo. Sin embargo, un mal inicio le condenó y fue destituido. Cristóbal le cogió el testigo con idéntico resultado.

Y ahora es Clarence Seedorf el que tiene el complicado cometido de mantener a los gallegos en Primera. El entrenador holandés ha cambiado el esquema táctico haciendo que su Depor sea un equipo reconocible. Tras un inicio titubeante, los blanquizules han sumado dos victorias consecutivas, algo que no sucedía desde la jornada 13 de la temporada 15-16, que le permiten seguir soñando con la salvación. Además, Adrián ha recuperado el olfato goleador. El asturiano está tirando del carro, aunque acabó con molestias en San Mamés. Las matemáticas todavía están de su parte, especialmente tras el tropiezo del Levante, aunque el calendario sea desalentador. A falta de seis jornadas, los coruñeses deben medirse a Sevilla, Leganés, Barcelona, Celta, Villarreal y Valencia. Casi nada.