Historia SPORT

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Sindelar, el 'Mozart del fútbol' que se rebeló contra los nazis

El jugador austríaco, símbolo de la resistencia contra el Tercer Reich, falleció en extrañas circunstancias junto a su pareja hace 85 años, el 23 de enero de 1939

Estuvo a un paso de disputar la final del Mundial de 1934 y se negó a jugar para la selección alemana tras el 'Anschluss' de 1938

Matthias Sindelar

Matthias Sindelar

Javier Giraldo

Javier Giraldo

Fue probablemente el mejor futbolista europeo de los primeros años del siglo XX: bajo su figura liviana (60 kilos repartidos en sus 180 centímetros) se escondía un jugador talentoso, santo y seña del 'Wunderteam' austríaco que se convirtió en referencia en los años 20 y 30; el mejor equipo de su época y el mejor de la historia de Austria.

Matthias Sindelar había nacido en la región de Bohemia, por entonces perteneciente al Imperio Austrohúngaro, en 1903, pero se crió en Viena. No tardó en destacar como futbolista: a los 15 años ya formaba parte del Hertha de Viena, y seis años después firmaría por uno de los grandes de su país, el Austria de Viena, equipo en el que haría historia. Llegó a firmar 255 goles en 427 partidos.

En la selección austríaca, Sindelar fue la punta de lanza del equipo que pasaría a la historia como 'Wunderteam', equipo maravilla. Dirigidos por Hugo Meisl, la Austria de los años 20 y 30 se convirtió en el primer equipo que desarrolló sobre el campo la flexibilidad táctica de los jugadores. Pases cortos y fluidez formaban parte de la identidad del equipo austríaco. Sindelar era el delantero centro, pero ocupando una posición que hoy podría llamarse 'falso nueve'. También en eso fue pionero.

El partido que Austria jugó ante Hungría el 24 de abril de 1932 fue el mejor ejemplo del talento de los austríacos. Hungría pasaba en aquel momento por ser también uno de los equipos más potentes de Europa, pero Austria se impuso 8-2. Sindelar marcó tres goles y participó en los cinco restantes.

El 'Mozart del fútbol'

Apodado el 'Mozart del fútbol' por su elegancia (también se le llamó 'el hombre de papel', por su delgadez y aparente fragilidad), Sindelar estuvo a punto de alcanzar la gloria futbolística en 1934, en el Mundial disputado en Italia.

Sindelar no había tenido suerte en el primer Mundial (1930), ya que la federación austríaca, incipiente en aquellos años, no se inscribió para disputar el torneo en Uruguay. Cuatro años después, la Italia de Mussolini organizaba la segunda edición del Mundial. Austria, con Sindelar a la cabeza, era una de las grandes favoritas.

Pero Austria cayó en semifinales, ante Italia. Fue un partido duro, marcado por la actuación arbitral -claramente a favor de los anfitriones- y con Sindelar machacado por sus rivales: aunque Austria se hubiese metido en la final, el jugador austríaco no la hubiera podido disputar por lesión.

El 'Anschluss' lo cambia todo

Nunca le llegaría la oportunidad de desquitarse en un Mundial. En marzo de 1938, meses antes de la disputa de la tercera edición del torneo, Alemania se anexionó Austria, en el 'Anschluss'. El país de Sindelar pasó a formar parte del Tercer Reich. Austria ya estaba clasificada para el Mundial de Francia'38, pero la selección quedó disuelta.

Antes, sin embargo, se celebró el llamado 'partido de la paz' entre Alemania y Austria. Sindelar, que por entonces tenía 35 años, ya era una celebridad en Austria. Su imagen servía para anunciar trajes, relojes y yogures, entre otros productos.

En ese 'partido de la paz', creado teóricamente para hacer más fluidas las relaciones entre alemanes y austríacos, la tensión se podía cortar con un cuchillo: las autoridades alemanas aconsejaron a los austríacos (claramente superiores en lo futbolístico) que no se emplearan a fondo para no humillar a la selección alemana.

Sindelar jugó un partidazo: en varias ocasiones se plantó solo ante el portero tras regatear a varios rivales y echó el balón fuera, se supone que a propósito, para burlarse de los ocupantes del palco. Cuando marcó el 1-0, la leyenda cuenta que lo celebró con un baile ante las autoridades nazis que no sentó demasiado bien en el palco.

Un católico marcado por los nazis

Sindelar quedó marcado: no era judío, pero jugaba en el Austria de Viena (club de la burguesía judía) y había nacido en Bohemia, una región con fuerte presencia judía.

En mayo de 1938, los clubes judíos fueron prohibidos en Austria. El equipo de Sindelar quedaba condenado a la desaparición y la mayoría de sus jugadores huyeron del país. El club siguió existiendo, pero con otro nombre, SC Ostmark Vienna.

Los mejores jugadores de la selección de Austria fueron obligados a incorporarse a la selección alemana. Se acercaba el Mundial de 1938 y Josef Herberger, seleccionador alemán, quería contar con Sindelar. Pero 'el hombre de papel' nunca llegó a jugar con la selección alemana.

Herberger se reunió dos veces con el jugador, una en Alemania y otra en Austria. "Me fue ganando la impresión de que el rechazo tenía otras razones, cierto malestar en relación a los acontecimientos políticos que lo oprimían, y eso motivó su rechazo", dejó escrito Herberger en unos documentos que se conservan en la sede de la federación alemana.

En extrañas circunstancias

Sindelar falleció en extrañas circunstancias hace exactamente 85 años, el 23 de enero de 1939. Su amigo Gustav Hartmann acudió a visitarlo a su casa y se encontró con los cuerpos inertes de Sindelar y de su novia, la italiana Camilla Castagnola.

Oficialmente, Sindelar y su pareja habían fallecido por inhalación de gas. Pero se especuló sobre una posible maniobra de los nazis para eliminar a Sindelar, que se había convertido en un personaje muy incómodo para el régimen.

También se dijo que su muerte respondía a un suicidio, o que su novia lo había envenenado. La teoría del suicidio tiene pocos argumentos, porque poco antes de su muerte, Sindelar (que era un personaje muy popular en Viena) había firmado un contrato para ser director de la empresa operadora del estadio del Prater

La autopsia firmada por los forenses del Instituto de Medicina Forense de la Universidad de Viena decretó la "intoxicación por inhalación de monóxido de carbono a partir del funcionamiento defectuoso de la estufa" como causa de su fallecimiento.

Más de 40.000 personas acudieron a la capilla ardiente de Sindelar, el futbolista de descomunal talento al que la historia atropelló sin miramientos.

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