Los ganadores del Balón de Oro más sorprendentes de la historia

De Masopust (1962) a Cannavaro (2006), algunos jugadores supieron aprovechar su 'annus mirabilis' para ganar el trofeo

Florian Albert se coló entre Bobby Charlon y George Best para ganarlo en 1967 y Belanov lo obtuvo en 1986... porque la normativa impedía concedérselo a Maradona

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Florian Albert ganó el Balón de Oro en 1967

Florian Albert ganó el Balón de Oro en 1967 / Fradi.hu

Javier Giraldo

Javier Giraldo

La historia del Balón de Oro, el premio que 'France Football' otorga desde 1956, está escrita por algunos de los mejores jugadores de la historia, pero también por futbolistas que tuvieron una aparición fugaz o esporádica, suficiente para alzarse con el trofeo, aunque quizá no para dejar huella en la memoria de los aficionados.

Desde que Stanley Matthews lo ganase en la primera edición (el británico lo hizo a los 41 años y sigue siendo el ganador más veterano), 44 jugadores más han tenido el privilegio de tener en sus manos el Balón de Oro.

Entre ellos, mezclados con los mejores de la historia, aparecen algunos que supieron aprovechar un año excepcionalmente bueno (o el mal momento de otros 'cracks') para llevarse el Balón de Oro: hasta 2022 se entregó por año natural, no por temporada futbolística.

Del Dukla de Praga a la gloria

Fue el caso, por ejemplo, de Josef Masopust, el mejor futbolista checo de la historia: obtuvo el Balón de Oro en 1962, siendo jugador del Dukla de Praga. Resulta extraño, visto desde la perspectiva actual, que un jugador de un equipo tan modesto gane el Balón de Oro, pero lo cierto es que el Dukla era el equipo del régimen en Checoslovaquia (de hecho, era el equipo de las fuerzas armadas, y reclutaba jugadores por la fuerza), dominador en su país y con capacidad para competir en la Copa de Europa, en la que llegó a alcanzar los cuartos de final.

Fue sin embargo el Mundial de 1962 el que permitió a Masopust brillar en la escena internacional: había desembarcado en Chile, escenario del torneo, de manera casi anónima. "Nos dijeron que no nos molestáramos en deshacer las maletas, que nos íbamos a ir a casa al final de la primera ronda", recordaría años después.

Pero Checoslovaquia alcanzó la final, y Masopust jugó un gran Mundial: abrió el marcador en la final, que el equipo centroeuropeo acabaría perdiendo ante Brasil por 3-1.

"Fue uno de los mejores jugadores que he conocido", dijó de él Pelé. "Pero no es posible que naciera en Europa.... con esos quiebros tan explosivos, ¡tuvo que ser brasileño!", bromeó. "Brasil fue mejor equipo aquel día [la final del Mundial de 1962], pero Masopust, desde luego, no mereció estar en el bando perdedor", añadía 'O Rei'.

Nos dijeron que no nos molestáramos en deshacer las maletas, que nos íbamos a ir a casa al final de la primera ronda

Josef Masopust, Balón de Oro en 1962

Curiosamente, Masopust no fue elegido mejor jugador de dicho Mundial de: el premio fue para Garrincha, que lideró a la selección brasileña porque Pelé se había lesionado en la fase de grupos, precisamente ante la selección checoslovaca.

Un año después, en 1963, el Balón de Oro premió al que pasa por ser el mejor portero de la historia: el ruso Lev Yashin, la 'araña negra', sigue siendo el único guardameta galardonado con el trofeo.

Masopust ganó el Balón de Oro en 1962

Masopust ganó el Balón de Oro en 1962 / Dukla Praga

El premio del emperador

Entre el recientemente fallecido Bobby Charlton (ganador en 1966, el año en el que Inglaterra conquistó el Mundial) y George Best (premiado en 1968) se coló un futbolista húngaro, Balón de Oro en 1967. Se llamaba Florian Albert, el gran mito de la historia del Ferencvaros.

Albert superó en las votaciones a Bobby Charlton y al escocés Jimmy Johnstone, que había sido campeón de Europa con el Celtic ese mismo año. Beckenbauer y Eusebio fueron cuarto y quinto en la clasificación final del premio.

'One-club man' (desarrolló toda su carrera en el Ferencvaros), a Florian Albert le llamaban 'el emperador': aunque era de origen humilde, su manera de jugar, tan elegante, le hizo merecedor del apodo. Dos Mundiales, el de 1962 y el de 1966, forjaron su trayectoria internacional y le permitieron darse a conocer a la hora de captar los votos de los corresponsales de 'France Football'.

Florian, con el trofeo en 1967

Florian, con el trofeo en 1967 / Fradi.hu

En Chile'62 fue el mejor joven del torneo y en Inglaterra'66 brilló en el partido que Hungría ganó ante Brasil por 3-1: no marcó, pero fabricó los tres goles.

Albert fue uno de los grandes jugadores de los años sesenta: ganó cuatro Ligas con el Ferencvaros (1963, 1964, 1967 y 1968), pero también traspasó fronteras, ya que en 1965 participó en el único título internacional del fútbol húngaro, la Copa de Ferias del Ferencvaros. El camino hacia el título tuvo su mérito: eliminó a la Roma, el Athletic de Bilbao y el Manchester United. Y ganó la final ante la Juventus en el estadio Comunale de Turín (0-1).

Una mirada a la Europa del Este

Los años setenta fueron los del dominio de Cruyff y Beckenbauer, pero también hubo espacio para jugadores de la Europa oriental: fue el caso de Oleg Blokhin, ganador en 1975.

Fue uno de los jugadores más importantes de la historia del fútbol soviético, y una auténtica leyenda en el Dinamo de Kiev, equipo en el que jugó 17 temporadas. Ganó siete Ligas de la URSS, cinco Copas soviéticas, dos Recopas de Europa (1975 y 1986) y la Supercopa de Europa de 1975.

Blokhin llevaba el deporte en los genes: su madre, Kateryna Adamenko, había destacado como pentatleta. Su padre, Vladimir, era policía y atleta amateur. Blokhin siempre destacó por su velocidad: era capaz de correr los cien metros en once segundos.

Me enteré de que había ganado el Balón de Oro una semana antes del día de Año Nuevo de 1976. Y pensaba que era una broma de Navidad

Oleg Blokhin, Balón de Oro en 1975

Sus triunfos en la Recopa y la Supercopa de Europa, ambos en 1975, le permitieron ganar el premio, por delante en las votaciones de Beckenbauer y de Cruyff. De hecho, obtuvo 80 votos más que el alemán, la diferencia más grande de las registradas en el Balón de Oro hasta entonces.

"Me enteré de que había ganado el Balón de Oro una semana antes del día de Año Nuevo de 1976. Y pensaba que era una broma de Navidad: me llamaron del periódico 'Soviet Sport' para informarme, de parte de 'France Football'. No había manera de comprobar si era una broma o no, en aquella época no había móviles y todo el mundo estaba de vacaciones. Poco a poco empecé a recibir llamadas de felicitación y supe que era verdad", explicaba tiempo después de recibir el premio.

Blokhin, con el premio, en 1975

Blokhin, con el premio, en 1975 / Dinamo Kiev

La década de los ochenta empezó con el dominio de Platini, ganador en 1983, 1984 y 1985 y acabó con el de Van Basten (1988 y 1989). En 1986, el futbolista más destacado del mundo era sin lugar a dudas Diego Armando Maradona, campeón del mundo en México. Pero la normativa del premio impedía encumbrar a futbolistas no europeos, circunstancia que favoreció a Igor Belanov. Suyo fue el Balón de Oro correspondiente a 1986.

Nacido en Odessa en 1960, su éxito en la final de la Recopa de 1986 con el Dinamo de Kiev ante el Atlético de Madrid decantó la balanza del premio a su favor. En la lista de votos de 1986, superó a dos jugadores europeos que habían destacado en el Mundial de México, Gary Lineker y Emilio Butragueño.

Diego fue el mejor. Sin discusión. En cualquier caso, creo que fue justo que me dieran el premio, teniendo en cuenta la normativa en aquel momento

Igor Belanov, Balón de Oro en 1986

Belanov también cuajó un buen Mundial en 1986: como integrante de la selección soviética, marcó tres goles en el partido ante Bélgica de octavos de final (aunque la URSS perdió 3-4), además de marcar en el 6-0 ante Hungría, en el primer partido del combinado soviético en México.

Maradona, sin premio

El de 1986 fue sin duda el Mundial de Maradona, y así lo reconoció el propio Belanov. "Diego fue el mejor. Sin discusión. Cada uno de nosotros hizo todo lo posible por su equipo, por los aficionados y por su país. Y cada uno logró trofeos y recibió el amor de su pueblo. En cualquier caso, creo que fue justo que me dieran el premio, teniendo en cuenta la normativa en aquel momento, ya que marqué en la liga, en Europa y en el Mundial", dijo.  

Cuando estalló la guerra entre Ucrania y Rusia, Belanov publicó unas imágenes en las redes sociales apoyando a los soldados ucranianos. "Coraje asombroso e inagotable espíritu de lucha! Todo esto y mucho más caracteriza a nuestros soldados de las Fuerzas Armadas de Ucrania. ¡Estamos con vosotros!".

Belanov, en 1986

Belanov, en 1986 / D. Kiev

Las normas del premio cambiaron en 1995, cuando el Balón de Oro abrió sus fronteras: hasta entonces solo podían ganarlo futbolistas europeos (o nacidos fuera de Europa pero nacionalizados europeos, como había sido el caso de Sívori y de Di Stefano).

En 1995 lo ganó precisamente George Weah, el primer (y hasta la fecha, único) africano en hacerlo.

El premio, eso sí, quedaba reservado a jugadores que actuasen en clubes europeos, límite que se eliminó en 2007: desde entonces, cualquier futbolista de cualquier nacionalidad y cualquier equipo puede optar al premio. En 2007 también se amplió el número de votantes, de 53 periodistas europeos a 96 de todo el mundo.

Un año antes, en 2006, el premio fue para un central, circunstancia poco habitual. Previamente lo habían ganado Beckenbauer y Sammer, ambos alemanes, con más vocación de liberos o de centrocampistas que de centrales. Pero Fabio Cannavaro fue campeón del mundo en 2006 y se llevó el Balón de Oro.

Fue un premio polémico, porque en las votaciones, el italiano adelantó a su compatriota Buffon y a Zidane, campeón y subcampeón del mundo en 2006. Ronaldinho, que había ganado la Champions en mayo de 2006 con el Barça, había ganado el Balón de Oro anterior (2005), pero en 2006 solo pudo ser cuarto.

Cannavaro ganó el trofeo en 2006

Cannavaro ganó el trofeo en 2006 / .

Cannavaro fichó precisamente en el verano de 2006 por el Real Madrid: la prensa madridista celebró el premio como propio, mientras que desde Barcelona se contempló como un hecho anómalo. Lo mismo ocurrió entre Italia y Francia: el país natal de Cannavaro aplaudió la decisión de la revista francesa y encumbró a Cannavaro como el mejor del mundo, mientras que los franceses lamentaron que no se hubiese premiado a Zidane.

Los criterios de la votación

A la hora de votar, 'France Football' pide a sus corresponsales que tengan en cuenta varios criterios: los resultados obtenidos individual y colectivamente durante la temporada, la clase del jugador, su comportamiento, su carrera profesional y su personalidad y carisma.

Aprovechando el 60º aniversario del galardón, en 2015, 'France Football' publicó un estudio retrospectivo, analizando qué jugador hubiese ganado el premio si no hubiesen existido las restricciones por nacionalidad. Según ese cálculo de la propia revista, Pelé habría ganado en 1958, 1959, 1960, 1961, 1963, 1964 y 1970; Garrincha en 1962, Kempes en 1978; Maradona en 1986 y 1990 y Romario en 1994, año en el que el premio fue para Stoichkov.