Tomic se hace gigante en el Palau a costa del Real Madrid

Tomic ofreció un recital para enmarcar

Tomic ofreció un recital para enmarcar / VALENTÍ ENRICH

Xavi Martínez Olivar

Xavi Martínez Olivar

La fiesta fue completa en el Palau. Comenzó con una emotiva ceremonia de retirada de la camiseta de Navarro y acabó con una victoria del Barça sobre el Real Madrid, en el primer clásico tras la final de la Copa del Rey.

Un triunfo que, además, vale doble porque los azulgranas alcanzan al Anadolu Efes en la cuarta posición de la tabla. Si la próxima semana le vencen en Estambul, el equipo de Pesic se hará con esa preciada plaza, la última que daría ventaja de pista en unos hipotéticos play-off.

Y tuvo que ser un exmadridista, Ante Tomic el que ejerciera de faro en el conjunto azulgrana. La capitanía le está sentando realmente bien al pívot croata que levantó la Copa del Rey en Madrid y ayer firmó un partido monstruoso (22 puntos, 13 rebotes y 28 de valoración) bien escoltado por Kuric (15) y Heurtel (17(, el MVP del torneo copero.

Sobre ellos se construyó el predominio azulgrana y sobre una defensa solidaria, en un duelo poco dado a los finos estilistas, duro, bronco y edificado punto a punto.

Comenzó mandando el Madrid gracias a la capicidad intimidatoria de Tavares (18-25 y 21-29). Pero a los blancos les falló en el primer tiempo su principal arma: el triple (de 3 de 15) y ello permitió al Barça reengancharse al choque primero y darle la vuelta después (42-37).

Tras el paso por los vestuarios, el Barça (fallón eso sí en los tiros libres) se desmelenó y el Madrid perdió un tanto el rumbo  (50-37). Laso llamó a los suyos a rebato (le acabarían pitando una técnica) y a base dar palos atrás volvió a ponerse a rebufo del Barça (56-51).

Pero los azulgranas, impregnados del sello Pesic no perdieron la compostura y siguieron trabajando hasta el límite. Y el Madrid, que lo intentó con dos bases, los triples de Rudy y la aportación de Randolph no pudo revertir la situacióm. 

Al final, en un Palau entregado, el Barça sumó su cuarto triunfo consecutivo en la Euroliga y, de paso, le lanza un nuevo mensaje al Madrid y al resto de equipo. El Barça ha vuelto en todos los frentes.