El Real Madrid anuncia mano dura tras la 'batalla'

El Real Madrid no se quedará con los brazos cruzados después del bochornoso espectáculo ofrecido ayer por su sección de baloncesto en el Wizink Center. Los directivos madridistas asistieron entre atónitos y avergonzados a la batalla campal que protagonizaron sus jugadores y que tanto ha mancillado la imagen del club.

A la espera de las sanciones de la Euroliga a lo largo del día y después de analizar estas, el Real Madrid adoptará entonces las suyas, que puede que no sean menos duras que las que dicte el organismo europeo y que podrían poner fin a la etapa de algunos jugadores en el Real Madrid.

La consternación ha avergozando a todos, aficionados, dirigentes, técnicos y hasta los propios jugadores, que una vez que han visto lo que hicieron se dan cuenta de la dimensión de lo ocurrido y de la pésima imagen que han dado al mundo. El Real Madrid lamenta estar en el epicentro de una barriobajera tangana como la que se pudo ver en el Wizink y no quiere que que se repita.

Con indulgencia se puede llegar a entender la tensión entre los jugadores y hasta un amago de conato violento y una reacción al gesto desafiante de Punter hacia Llull tras la falta del capitán blanco, pero lo que el Real Madrid no puede nunca tolerar es que se arreglen las cosas a base de puñetazos y golpes.

Todo lo sucedido ha dolido mucho y tendrá consecuencias. El Real Madrid tiene un código de régimen interno tanto para fútbol como baloncesto y siempre se aplica en situaciones como las de ayer o con la sucedido recientemente con el futbolista Fede Valverde.

El Real Madrid ha dejado entrever que se va a mostrar implacable ante la actitud violenta y desmedida de algunos de sus jugadores, que no representan los valores de la entidad y que le han hecho un daño enorme.