El Espanyol empata ante el Twente en un accidentado encuentro

Baptistao, omnipresente en el ataque del Espanyol

Baptistao, omnipresente en el ataque del Espanyol / @RCDEspanyol

Alfonso Callejas

Alfonso Callejas

Queda mucho trabajo por delante. El Espanyol sigue quemando etapas en su pretemporada  con la sensación de que todavía quedan muchos detalles por pulir, especialmente a la hora de definir ante la portería rival. Así se puso de manifiesto en el amistoso disputado este miércoles ante el Twente en tierras holandesas.

98851

Pretemporada

0
0
Alineaciones
Twente
Brondeel, Van der Lely, Bijen, Hooiveld, Trajkovski, Holla, Vuckic, Jensen, Gjorgjev, Boere y Kvasina. También jugaron Laukart, Jensen, George, Oosterwijk, Assaidi, Roemeratore.
Espanyol
Pau, Javi López, David López, Hermoso, Aarón; Javi Fuego, Marc Roca, Jurado, Melendo; Baptistao y Sergio García. También jugaron Adrià López, Diop, Piatti, Marc Navarro.

El choque disputado en el modesto Sportpark Heeckeren de Goor estuvo condicionado por las reducidas dimensiones del terreno de juego que limitó los espacios y complicó la fluidez en la circulación del balón. Pese a ello, el Twente, más rodado que su rival al llevar trabajando desde mediados del pasado mes de junio, entró rápidamente en calor para poner a prueba a un entonado Pau López. 

El dinamismo del equipo holandés, espoleado por el macedonio Gjorgjev, puso en apuros al Espanyol en el primer tramo del choque, en el que contó con una clara ocasión en las botas de Tom Boere con un disparo que pasó rozando la cruceta. Un periodo en el que los de Quique reaccionaron a través de un Jurado en estado de gracia que conectó de forma certera con el castigado Melendo -maniatado con mucha dureza- y que certificó su clase a balón parado. Más discreto estuvo, en cambio, Sergio García, aún lejos de su mejor tono físico.

EL AZOTE DE GJORGJEV

El Twente mantuvo su hoja de ruta y Gjorgjev lamentó como le era anulado un tanto por posición ilegal a la media hora de juego. Los de Quique, por su parte, respondían con una volea demasiado alta de Aarón. El propio Gjorgjev, superlativo ante los 'pericos', volvió a poner a prueba a un inspirado Pau con un nuevo tiro envenenado en la que sería la última acción reseñable del primer tiempo.

CARRUSEL DE CAMBIOS

La segunda mitad arrancaría marcada por las rotaciones de Quique.  Diop lo probaría con un tiro lejano pero sería Baptistao el que perdonaría una de las acciones más claras con un cabezazo en posición favorable que provocó el lucimiento del meta Brondeel. En la acción inmediatamente posterior Adrià López blocaba un tímido disparo de Kvasina. No sería el último. 

BAPTISTAO, EL MEJOR

Corrían los minutos y Baptistao seguía a lo suyo. El hispano-brasileño persistió y puso a prueba a Brondeel en varias ocasiones con un tiro cruzado desde la frontal y un nuevo disparo parabólico que pasó fregando la escuadra. Fueron los mejores momentos de un Espanyol que se creció y disfrutó de su superioridad. Sin embargo, las buenas sensaciones se truncaron con la expulsión de Pablo Piatti por roja directa tras una dura entrada. Lo peor, sin embargo, aún estaba por llegar. Su airada reacción con el árbitro Bas Nijhuis provocó que el colegiado holandés dictase la suspensión del encuentro ante la sorpresa de todos. Minutos después, sin embargo, recapacitaría.

ADRIÀ, DECISIVO

El partido se pudo retomar pese a que en el ambiente todavía se respiraba la surrealista experiencia vivida minutos atrás. La intensidad, eso sí, jamás dejó de estar presente sobre el césped. A diez minutos del final, sin ir más lejos, Oosterwijk acabó expulsado por una clara agresión sobre Hermoso que pudo desencadenar un nuevo conato de tangana. Por fortuna, la cordura se impuso en ambos conjuntos. Una soberbia intervención de Adrià López a cinco minutos de la conclusión ante un potente disparo de Laukart permitió a los de Quique salvar el empate en el tramo final. Sin tiempo para más, el Espanyol se conformó con la solidez mostrada en facetas defensivas, que le permite mantenerse invicto en pretemporada, tomando nota, eso sí, de la necesidad de mejorar en los últimos metros.