Final a vida o muerte en el RCDE Stadium

El Espanyol afronta este viernes una durísima batalla ante un rival directo que podría permitir creer en la salvación o, por contra, sentenciar al equipo al descenso

Una victoria ante el Cádiz supondría dormir fuera del descenso y dejar atrás una racha de seis derrotas consecutivas

Partido de la primera vuelta entre Cádiz y Espanyol

Partido de la primera vuelta entre Cádiz y Espanyol / EFE

Marc Marín

Marc Marín

Final: sustantivo femenino con el que se define el partido que el Espanyol disputará este viernes ante el Cádiz. No hay eufemismo que valga. No existen otras definiciones posibles para un encuentro ante un rival directo que podría sentenciar al equipo definitivamente al descenso.

No sería algo matemático, pues quedarían muchos puntos en juego todavía, pero de caer ante el Cádiz, los de Luis García sumarían siete derrotas consecutivas y las sensaciones serían muy difíciles de reparar, sobre todo teniendo en cuenta el rocoso calendario que tiene por delante el cuadro perico.

Por ese motivo, una victoria este viernes es clave para afrontar el futuro con optimismo y esperanza, porque un triunfo supondría dormir fuera del descenso a la espera de lo que hagan Almería el sábado y Valencia el domingo. Y lo más importante, supondría también volver a conectar con la afición en una temporada en la que los blanquiazules tan solo han ganado tres encuentros en su feudo, siendo el segundo peor equipo local de LaLiga.

Evitar, de una vez por todas, fugas en casa

El Espanyol abrirá la jornada 30 en pleno mar de dudas, pero, al menos, sin la presión de conocer los resultados de sus otros rivales en la lucha por evitar el descenso a Segunda.

Para revertir una dinámica que en estos momentos es demasiado complicada, el conjunto blanquiazul ‘tan solo’ debe lograr una cosa: hacer del RCDE Stadium un fortín. Primero, ante el Cádiz, y luego, contra el Getafe, con el permiso del duelo ante el Villarreal a domicilio entre semana. Cosechar, al menos, 6 de los 9 puntos en juego en apenas nueve días se ha convertido en algo casi obligatorio.