Teresa Portela y Cintia Rodríguez, HONORables

Su carrera deportiva ha discurrido por caminos muy diferentes, pero ambas han entregado sus vidas al deporte que más les apasiona. Teresa Portela, piragüista de 39 años, y Cintia Rodríguez, gimnasta de 27, saben perfectamente el significado de la resiliencia, -la gimnasta mallorquina lleva tatuada la palabra en su brazo- y han luchado siempre por sus objetivos.

Teresa Portela se convirtió en la primera deportista española en participar en seis Juegos Olímpicos y en Tokio ganó la medalla de plata en K1 200. “Fue un premio a la constancia. Ya estaba viviendo un sueño por participar en seis Juegos y cinco diplomas olímpicos y al final llegó 20 años después de haber ido a los primeros”.

Reconoce que lograr la medalla “fue emoción pura. Todavía me emociono ahora cuando veo la prueba” y confiesa que ella transmite valores como “la ilusión, capacidad de trabajo, constancia y perseverancia. He demostrado que quien la sigue la consigue. Estos son valores que comparto con Honor. Ilusión por crear nuevos objetivos”. 

La mejor de la historia en número de Juegos

Teresa explica que haber hecho historia en el deporte español le enorgullece, pero “estoy centrada en mi día a día, en mi trabajo, no pienso mucho más allá, aunque ser la mujer con más Juegos a veces me parece increíble. Yo soñaba con ir a unos Juegos, entre mis sueños no estaba ir a seis. Es mucho mejor lo que estoy viviendo que cualquier sueño que haya tenido”.

No se le pone nada por delante y aunque en mayo cumplirá 40 años no descarta asistir a los Juegos de París 2024: “Sé que es difícil mantener el nivel año tras año pero la ilusión y las ganas de ir a los séptimos Juegos están ahí y pondré el trabajo para intentar conseguirlo”. 

Cintia, la mujer resiliente

La carrera deportiva de Cintia Rodríguez ha estado siempre marcada por tener todos los obstáculos posibles y superarlos una y otra vez. Nada menos que nueve operaciones de rodilla constan en su expediente médico, la última de ellas le llegó justo antes de cumplir su sueño de participar en unos Juegos Olímpicos, que tuvo que ver por la tele.

Sigue recuperándose de la rotura de los ligamentos cruzados: “Todo va bien y cumpliendo los plazos”. Asegura que “la vida no me lo ha puesto fácil en el mundo del deporte. Me considero una persona resiliente ya que siempre me ha salido una piedra y he tenido que superarla así que esta espero superarla también”, asegura con un admirable optimismo tras su novena operación.

No ir a los Juegos tras conseguir el billete fue muy duro: “No era la primera lesión pero sí la más importante. Me clasifiqué, llegó la pandemia, y un mes antes la rodilla se rompe. Llevaba 13 años esperando ir a unos Juegos y cuando por fin lo consigo me quedo en las puertas. Pero toca superarlo”.

La gimnasta, que se refugió en el ciclismo para superar el trauma de no ir a los Juegos, asegura que “he llorado mucho, pero menos de lo que pensaba. Me agarro en el amor y la pasión que tengo por la gimnasia para superar todo esto”. Confiesa que “pensaba que Tokio era mi última oportunidad pero ahora veo que no y esoy en el día a día para intentar volver a competir y quien sabe para cumplir el sueño de París”.

Son dos mujeres apasionadas del deporte que luchan por sus sueños. No han sido carreras fáciles pero ahí siguen y aún les brillan los ojos cuando hablan de su deporte.