Carter, el Messi del rugby, un 'catalán' más

El USAP vive la fiebre Carter, el mejor jugador del mundo. Con él, de azulgrana, todo es posible

El ministro de Deportes francés, Bernard Laporte, se trasladó hasta Perpinyà. La ocasión valía la pena. Con los colores blaugrana debutaba Dan Carter, el mejor medio apertura del mundo. El neozelandés de 26 años es en el universo del rugby lo que Leo Messi en el del fútbol. Ha aterrizado en el USAP después de siete meses de negociaciones secretas e inacabables, cuando el club catalán estaba ya con un pie fuera de la Copa de Europa. Tras el triunfo ante el Leicester, con Carter, ahora los milagros son posibles, incluso ganar los dos encuentros ante el Ospreys, el 17 de enero, y el Treviso para pasar a los cuartos de final.

Carter ya hace quince días que se ha instalado en Perpignyà. Aún vive un proceso de adaptación a su nuevo entorno. Y a pesar de ello, con sólo dos entrenamientos con sus nuevos compañeros ya fue considerado como el mejor jugador ante el Leicester. Eso si, estuvo a punto de terminar en el hospital por culpa de un escalofriante placaje en 'catedral' de Harry Ellis ante los 14.000 aficionados que se dieron cita en el estadio Aimé-Giral. Carter sintió como volaba por los aires.

Perseguido como Messi ante el Real Madrid. Cayó como pudo, consciente de que podía romperse la crisma. Ellis fue citado por la comisión disciplinaria por haber recurrido a la única manera de frenar un talento excepcional. que le permite un sentido de la anticipación que nadie posee. El pasado fin de semana, la victoria ante el Castres, en la Liga francesa, confirmó el cambio de rumbo del USAP .

Carter actúa como un revulsivo, aseguran sus compañeros de equipo. Nunca se cansa de entrenar. Cuando lo cree necesario se machaca ensayando durante horas los tiros a palos. Siempre ha sido así. Su padre, Neville, carpintero, era jugador del club de su pueblo natal, Southbridge. Llegó a formar parte de la selección de Canterbury Country. Cuando cumplió 8 años se lo llevó a ver un encuentro de los All Blacks. Y allí comenzó todo. Le regaló sus palos reglamentarios que entre los dos clavaron en el inmenso jardín trasero de casa. Se 'cargaron' los patatales y parte del huerto para aquellas prácticas espontáneas: "Me pasaba horas y horas tirando. Todos los días. Mi padre nunca me forzó a que lo hiciera. Aquello salía de mi mismo. Me encantaba". Con doce años pasó de los tiros de 30 metros a 90, aunque eso significara tener que cruzar la calle, situarse en el otro extremo y tirar desde allí. Los vecinos alucinaban cuando veían volar el óvalo hasta que se iba la luz del día. Tiraba desde todos los ánugulos inimaginables.

"Soy de los que creen en el trabajo. Si entrenas duro, si sigues trabajando los fundamentos y la técnica individual siempre seguirás progresando y eso se verá en los partidos. Siempre ha sido así y en Perpinyà no pienso cambiar mi filosofía", asegura. La poderosa característica de Carter, su juego de pie, es precisamente el talón de Aquiles del USAP.

Paul Goze, el presidente de la entidad, está orgulloso de haber conseguido ficharle cuando le pretendían otros equipos galos y británicos más poderosos. 700.000 euros, una cifra astronómica en rugby, y muchas horas de negociaciones con la Federación de Nueva Zelanda han conseguido que Francia mire con respeto a 'les catalans'.

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