Ávila y Font, un tándem paralímpico a la conquista del desierto

Avila y Font destacan en la Garmin Titan Desert

Ignacio Avila y Joan Font, tres veces campeones del mundo en pista y medallistas de plata en ruta en Rio 2016 / SPORT.es

Javier Giraldo

Javier Giraldo

El tándem que forman Ignacio Avila y Joan Font, tres veces campeones del mundo en pista y medallistas de plata en ruta en Rio 2016, obtuvieron este miércoles su mejor resultado en bicicleta de montaña, al acabar segundos la cuarta etapa de la Garmin Titan Desert, entre Merzouga y M’ssici, de 119 kilómetros y 1.031 metros de desnivel. 

Solo José Luis Carrasco, ciclista de Jaén de 37 años y profesional entre 2004 y 2008, logró superar al tándem de Avila y Font, que compiten juntos desde que se conocieron en diciembre de 2012. 

Desde entonces, su historia es una historia de éxito y de superación personal: Ignacio Avila, de 40 años, nacido en Manresa pero residente en Esplugues de Llobregat, sufre una retinosis pigmentaria que apenas le deja un diez por ciento de visión. Sobre la bici (y muchas veces también sin ella), Font se convierte en sus ojos: le va dando indicaciones casi continuamente, le avisa cuándo debe acelerar el ritmo y cuándo puede aflojar. 

“En carretera apenas le tengo que decir nada”, resume Font (Vilanova i la Geltrú, 33 años), “en todo caso algún badén y poco más”. En pleno desierto, sin embargo, y sobre una bicicleta de montaña, los obstáculos se multiplican. “Aquí voy en todo momento avisándole”. Una palabra es suficiente: ‘piedra’, ‘curva’, ‘arriba’, ‘aprieta’ o ‘afloja’. Font es algo más que un copiloto para Avila.

“Yo llevo dos GPS porque también voy controlando el pulso de Ignacio”, puntualiza Font, y esa información me permite saber cómo va a nivel de pulsaciones y cuándo le puedo exigir más”. 

cuanto más igualado, mejor

Sentado en la parte trasera del tándem, Oliva explica que una de las claves para competir con los mejores de la Titan Desert es el equilibrio. “Cuanto más igualado esté entre uno y otro, mejor. No serviría de nada ir con un caballo ganador delante y con un ciclista mucho peor detrás”, resume. 

Pero no todo es tan fácil: en la carrera del desierto marroquí, los tramos de arena son un infierno para ellos. “Con tanto peso, la bici se hunde”, explican. Mientras los mejores de la general ruedan (no sin dificultades) sobre los bancos de arena e incluso sobre las dunas, Avila y Font tienen que bajarse de la bicicleta y caminar.

Los avituallamientos también son un obstáculo para ellos: los corredores que aspiran a ganar la general apenas se detienen. Avila y Font, sin embargo, tienen que bajarse de la bicicleta obligatoriamente si quieren reponer líquidos. Y suelen tardar el doble que sus rivales. 

¿Cuatro piernas mejor que dos?

¿Pero tiene alguna ventaja rodar en tándem? La pregunta se instala en el entorno de la Titan Desert en cuanto Avila y Font cruzan la línea de meta, solo superados por Carrasco. La sensación se mezcla con una satisfacción general que no se oculta. “Me gustaría que en algún momento ganen alguna etapa”, admite Carrasco, “hasta me sabe mal haber ganado”. 

Si fuese en carretera, quizá el hecho de rodar dos personas puede suponer cierta ventaja porque acumulas más peso y tienes más potencia”, explica Joan Font, “pero en una carrera como esta, con tanta piedra y tanta arena, el doble peso muchas veces supone un problema”. 

Para el tándem de ciclistas catalanes, la Titan Desert no es nueva: participaron en 2017 de la mano del equipo Cofidis. Acabaron decimocuartos de la general. Ahora compiten con el equipo Grupo Bultzaki, una empresa vasca de piezas de automoción. 

de atleta a ciclista

Atrás quedan las temporadas de Ignacio Oliva como atleta paralímpico: empezó a correr en el colegio junto a su hermano Abel y estuvo en cuatro Juegos Olímpicos, con una plata en 4x400 metros en Sidney y un bronce en 1.500 metros en Pekín.

Pero poco después de los JJOO de Londres 2012 sufrió una lesión de cadera que le apartó de las becas olímpicas y acabó por acercarle a la bicicleta. En el equipo de la ONCE no tardaron en fijarse en sus grandes cualidades como deportista. 

Allí conoció a Joan Font, que siempre ha competido sobre dos ruedas: empezó a los 15 años sobre pista y fue campeón de Catalunya tanto en ruta como contrarreloj. 

Juntos han formado uno de los mejores tándems del mundo. Y probablemente el más versátil porque se mueven a la perfección en pista y en carretera y ahora también en pleno desierto, donde ya se codean con los mejores especialistas de la Titan Desert. Sus próximos objetivos son el Mundial de Holanda, en septiembre, y sobre todo los Juegos de Tokio.