El PSG pega primero en Francia ante una Real sin acierto

El París Saint-Germain hizo gala de su pegada en la ida de los octavos de final de la Champions ante la Real Sociedad (2-0). No lo tuvo fácil, pero resistió el acoso y derribo español de la primera parte para rematar en la segunda. Kylian Mbappé y Bradley Barcola se encargaron de aplacar a los de Imanol Alguacil, llevándose una ventaja de dos goles a San Sebastián.

Llegó el conjunto francés al choque tras superar una fase de grupos bastante complicada. Los de Luis Enrique estuvieron a nada de quedarse fuera de todo. Ni la Europa League habría servido como red de contención. Pero el milagroso empate ante el Newcastle en la quinta jornada y otra igualada más en Dortmund les catapultó a los octavos ante una Real que pasó con paso muy firme por la ronda inicial. Tanto que superó al vigente subcampeón y sin perder un solo duelo de los seis, recibiendo solo dos goles en contra.

Para más inri, el entrenador asturiano sufrió bajas de última hora. Un virus estomacal afectó a algunos futbolistas del combinado francés. Lucas Hernández y Kang-In Lee, que se presumían titulares, tuvieron que dejar su lugar a Lucas Beraldo y Vitinha, respectivamente. Novedades inesperadas que podían afectar las aspiraciones de un triunfo en el primer duelo.

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Saltó con todo el combinado vasco, consciente que podía dar el golpe desde la etapa incial. Presión, intensidad y sorpresa con la titularidad de André Silva, nuevamente por delante en la rotación con Umar Sadiq. La baja de Oyarzabal no hizo de menos a los de Imanol, que con el luso tuvieron los primeros disparos a la portería de Donnaumma, aunque sin mucha precisión. Tampoco la tuvo Mbappé, que conectó un remate raso para obligar a la intervención de Álex Remiro.

Siguió el choque a puro golpe hasta el descanso, pero tino brilló por su ausencia. Take Kubo se hizo con un lugar en el área a puro regate, centró la pelota y Silva, de cabeza, provocó el pánico en las gradas. Para alivio galo, el balón no llegó a la red. Dembélé respondió con otro chut, aunque la suerte tampoco cambió. Ni con un Mikel Merino que se apuntó la más clara de la primera etapa. Su zurdazo limpió el travesaño de Donnarumma y la igualada marcó el ritmo a vestuarios.

EL LOCAL, A POR TODAS

La tónica del incesante asedio a las porterías siguió en el periodo final. Esta vez fue el conjunto de casa el que se puso manos a la obra para romper el cero. Barcola inquietó a Remiro con una internada por banda que resolvió el guardameta. Ya no pudo hacer nada al 57', cuando el centro de Dembélé cayó en la cabeza de Marquinhos. Mbappé llegó en el segundo palo y, con un extraño remate de espinilla, facturó ante la impotencia del de Cascante.

Y se creció el cuadro capitalino. No hizo falta más que un gol para inclinar el campo hacia la parcela de la Real, que trataba de sacar agua como pudiera. El propio Mbappé tuvo el segundo en sus botas con un golazo de bandera que solo salvó la mano milagrosa de Remiro. Parada, poste y respiro de los donostiarras. Aunque no duró mucho. Barcola volvió a hacer de las suyas y esta vez sí descifró bien el remate tras irse de Traoré, definiendo por entre las piernas del guardameta vasco.

Imanol intentó meter mano con algunas modificaciones, pero el marcador no se movió hasta el final. Tendrán que intentarlo en la vuelta. La Reale Arena espera el 5 de marzo.