Luis Suárez, negado en la Champions

Si alguien le hubiese dicho a Suárez en 2015 que iba a estar cinco años (sí, cinco) sin meter un solo gol a domicilio en la Champions League, el uruguayo se hubiera echado al suelo a llorar de la risa. Pero, por desgracia para él, no ha sido así. 

Desde aquella noche en Roma en la fase de grupos de la 15-16, Luis Suárez no ha sido capaz de ver portería en todos y cada uno de los partidos que ha jugado lejos del Camp Nou y del Metropolitano. Una sequía mayúscula que se ha convertido ya en una maldición que le persigue noche tras noche. Sino, no hay explicación alguna para entender cómo un delantero de la talla del uruguayo no ha sido capaz de ser decisivo en área rival lejos de su casa en la Champions. 

El martes a su equipo no le hubiera venido nada mal. El Atlético jugó un señor partido ante un rival que se encerró atrás desde el minuto uno. Los rojiblancos tuvieron ocasiones para aburrir pero no estuvieron acertados de cara a portería. Dos remates al larguero incluídos. La tuvo Suárez también después de una genialidad de Joao Félix, pero remató fatal con la cabeza. 

Con un uruguayo algo más certero, el cuadro rojiblanco quizás hubiera obtenido mejor premio de Moscú. Lo cierto es que Suárez lo intenta, intenta involucrarse en el juego de su equipo pero cuando hablamos de ver portería a domicilio en Champions se le hace un nudo en la garganta. 

El uruguayo fue, de hecho, protagonista en el partido del martes, pero no por sus goles. Lo fue por recibir una cartulina amarilla por entrar en el área de revisión del VAR mientras el colegiado estaba viendo unas manos de Herrera que finalmente significaron el penalti. Un penalti decisivo que sirvió para poner el definitivo 1-1. Suárez, otra vez, no pudo remediarlo.