Anoeta, trampolín hacia el triplete

La derrota en Anoeta fue dura. Durísima. El Real Madrid venía de ganar todo en la primera vuelta y el Barça, dubitativo, se dejaba tres puntos en el campo de la Real Sociedad con un gol en propia puerta de Jordi Alba sin aprovechar el tropiezo blanco en Mestalla, con malas caras dentro del vestuario y un alicaído Leo Messi al que sentó Luis Enrique tras volver unos días más tarde -con permiso- de sus vacaciones de invierno. 

Punto de inflexión. La actitud cambió por parte de la plantilla, cosa que reconoció el propio Leo Messi en un acto publicitario unas semanas después: "Tras la derrota de Anoeta cambió todo. La fortaleza de un once titular, el engranaje efectivo del tridente ofensivo y el cambio de actutid de todos los integrantes de la plantilla levantaron al Barça. 

Mientras el FC Barcelona iba ganando partidos, el Real Madrid caía contra el Atlético en la Copa y conjunto que también le dio un bofetón en La Liga con un 4-0. Luis Enrique, por su lado, bien le podría haber copiado el partido a partido a Simeone. El ánimo subía en el Camp Nou mientras bajaba en el Bernabéu. 

Hasta que llego un punto clave en la temporada: el clásico en el <strong>Camp Nou</strong>. Partido que solventó el FC Barcelona a la vez que sacaba pecho de cara a la consecución del título liguero. La fortaleza interna estaba impecable pero seguían vivos en todas las competiciones y el sueño del triplete sonaba lejano, pero sonaba. 

Y así fue. Se ganó La Liga con un fuerte Madrid que no puso las cosas fáciles en el último tramo, se consiguió el acceso a la final de la Copa que se acabó ganando con un golazo del mejor Leo Messi y, por último, la <strong>Champions </strong>después de haber eliminado a todos los campeones europeos, el chipriota, holandés, inglés, alemán e italiano. Temporada espectacular con un claro punto de inflexión.