Savinho: objetivo del Barça para 2024

Ya hay una primera intersección entre el Barça y Savinho, el futbolista sensación de esta temporada en la Liga. El extremo brasileño del Girona ha dinamitado todos los plazos de adaptación al fútbol español con un inicio de curso fulgurante en el que ya ha presentado su candidatura a hacer el salto a uno de los grandes. Y el Barcelona, que tiene la obligación de buscar talento precoz por su situación económica, acepta el reto de lanzarse a por un futbolista del Grupo City (tiene contrato hasta 2027 con el Troyes y juega cedido en el Girona), que tiene el perfil para vestirse de blaugrana.

Pablo Torre quiere seguir en Girona hasta final de temporada

Sávio Moreira de Oliveira, de 19 años, tiene conocimiento de que el Barcelona tiene subrayado su nombre en la lista de futuribles para el próximo verano. Es más, ya lo está sometiendo a un minucioso examen de observación, para intentar determinar qué nivel puede alcanzar a medio plazo. Internacional sub-20 con Brasil, titularísimo con Míchel (que es el entrenador revelación del fútbol español), técnico, rápido, valiente y con la cabeza muy bien amoblada, es un delantero que está llamado a tener una carrera muy consistente.

Según ha podido saber SPORT, ya ha existido una primera toma de contacto entre Deco y el entorno profesional del futbolista. La dirección deportiva culé ha querido saber de primera mano cuáles son las sensaciones de Savinho en su aterrizaje en la Liga, su plan de carrera y qué propósitos profesionales se ha marcado. Ha habido buena sintonía entre las dos partes, que se emplazaron a tener nuevos contactos.

El Barça está prospectando el mercado de extremos izquierdos, una posición que debe ser reforzada cuando expire el actual curso a petición de Xavi Hernández y su cuerpo técnico. Y es, precisamente en esta banda, donde Savinho, gracias a la pizarra de un técnico mayúsculo como Míchel, está ofreciendo sus mejores minutos en Girona.

La polivalencia es una de las grandes armas de este extremo zurdo, capaz de desbordar (es uno de los mejores regateadores de la Liga), asistir y armar la pierna en espacios reducidos, independientemente de la zona de ataque que ocupe. Hay muy pocos extremos en las grandes ligas europeas, con la competencia de marcar las diferencias por los dos flancos.

Savio acepta este reto, de seguir creciendo, para ser un extremo 2x1, que, a lo largo de los 90 minutos, puede intercambiar la posición con el delantero opuesto. Con él, no hay malas caras, ni estrellismos, ni preferencias, a diferencia de otros. Sabe que está en el camino cierto y que la polivalencia lo llevará a ser mejor jugador cada jornada que pase.

No hay como negar que Savinho tiene perfil Barça. Aunque con Xavi, a veces el equipo tiende a jugar demasiado por dentro y se olvida de abrir el campo en algunas fases del partido, no hay como negar que, si hay un club en Europa que tiene ‘know how’ para saber cómo explotar las virtudes de los extremos, este es el Barcelona. El propio Xavi lo comprobó en su etapa de jugador con entrenadores como Van Gaal, Frank Rijkaard y Pep Guardiola.

Savinho, atracción en el Barça-Girona

El barcelonismo tendrá la oportunidad de ver a Savinho por primera vez en directo este domingo en Montjuïc en el súper derbi catalán de nivel Champions League. El Barça ha renacido, ha recuperado sensaciones y llegará con el tanque de la confianza lleno gracias a los dos convincentes triunfos contra el Porto, con el que certificó su clasificación para los octavos de final de la Liga de Campeones, y el Atleti, con ‘Peter Pan’ Joao Félix marcando el gol de la victoria.

Por su parte, el Girona llega como colíder, empatado con el Real Madrid cuando ya se han disputado 15 jornadas, y saldrá, al margen del resultado, por delante del Barça. El encuentro en Montjuïc es un examen de nota para el conjunto de Míchel. Savinho se lo plantea como una magnífica oportunidad de continuar disfrutando en un choque de máxima dificultad donde le tocará ‘bailar’ seguramente con Ronald Araújo (a quien por cierto admira mucho) o con Jules Koundé.