Puma recela del Barça

El Barça y Nike firmaron un contrato que les une hasta 2026, con la posibilidad de ampliar la vinculación dos años más, hasta 2028. Las relaciones entra las dos partes, sin embargo, no pasan por su mejor momento y, tras la llegada de Joan Laporta para iniciar su segundo mandato presidencial, el club está planteando alternativas a la marca de Oregón. Una de ellas, planteada desde hace unas semanas, es la creación de una marca propia. La otra es unirse a Puma, cuya apuesta por el Barça es total y decidida.

El Barça pierde a otra ejecutiva de peso

La marca alemana, de hecho, ya ha planteado las condiciones de un hipotético acuerdo con cifras que superan ampliamente las que ahora mismo ingresa el Barça: diez años de vinculación a razón de 200 millones por temporada (variables incluidos). La negociación, que se lleva en paralelo con Laporta, pero también con los responsables de BLM (cuyo conflicto con Nike es enorme porque desde el club consideran que el actual patrocinador no respeta los acuerdos con la marca propia), avanzaba a buen ritmo y de forma sostenida.

Desde Alemania, con su presidente liderando la ofensiva, Arne Freundt, pero también junto al español Javier Ortega, director general para Europa desde agosto de 2023 (decisión nada casual), tienen claro que en el Barça impera un relato que casa con su marca: esfuerzo, trabajo de base, competitividad, descaro, valentía… Puma quiere, sí o sí, unirse al Barça. En ello están, pero nada es fácil.

Y es que la marca tiene la mosca detrás de la oreja tras comprobar que las negociaciones han sufrido un frenazo importante y que, lejos de avanzar, el bloqueo es total. Consideran que el Barça no está haciendo los deberes a la hora de gestionar la desvinculación con Nike. Entienden que para nada es algo sencillo con un contrato tan largo firmado, pero también tienen muy claro que, para que el cambio pueda llevarse a cabo, no puede haber ningún problema a nivel jurídico. Si el Barça logra romper con Nike, ellos harán el resto.

¿La palanca Nike?

El problema es que tampoco se avanza en ese sentido y Puma empieza a recelar de las intenciones de la entidad blaugrana. La marca alemana sospecha que están siendo utilizados para obtener un mayor beneficio de Nike, que el Barça podría usar las negociaciones con ellos para obtener incluso una ampliación de contrato que vaya más allá de 2028. Esta decisión permitiría incluso al club obtener unos ingresos por avanzado de Nike con los que cuadrar los números del presente ejercicio.

Todas estas elucubraciones, basadas en el desarrollo de las negociaciones, surgen también de la necesidad del Barça de verse obligado constantamente a buscar fórmulas con las que minimizar el impacto en sus cuentas. En el fondo, la revisión de las condiciones con Nike para cuadrar el balance económico de esta temporada no dejaría de ser una nueva palanca ejecutada por Laporta, aunque comprometiendo, de nuevo, ingresos futuros.