Los niños de la guerra se reencuentran en Milán

Perisic, Rakitic y Brozovic en otros tiempos

Perisic, Rakitic y Brozovic en otros tiempos / sport

Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

La historia de la Croacia subcampeona del mundo el pasado verano estaba cargada de un alto componente emocional. En Rusia se reunió un grupo de chicos nacidos, en general, a finales de los 80 y principios de los 90, en el epicentro de la Guerra de los Balcanes, considerada por muchos como el primer conflicto bélico con cobertura mediática de la historia.

La antigua Yugoslavia se desmembró y vio como amigos, familias, vecinos, comenzaron a matarse en un entresijo nacionalista, étnico, territorial, de muy difícil explicación y que aún está muy presente en las calles de Zagreb, Belgrado, Mostar, Sarajevo y otras de las muchas ciudades implicadas.

No fue el primer gran conflicto con corresponsales de guerra ni con periodistas cubriéndolo, pero sí de los primeros en los que nos llegaron imágenes reales y en directo de la crudeza del frente. Era el primer paso de algo que ha terminado convirtiéndose en un habitual de los telediarios e informativos que llegan cada día a nuestras casas y que inundan ya nuestras redes sociales sin casi provocar estupor en nuestros ojos. En aquella Guerra absurda (como la abrumadora mayoría), los niños fueron, como de costumbre, los grandes perjudicados. Exilio, muerte de seres queridos, una infancia truncada de golpe por un escenario que no comprendían. 

En Milán se reunirán este martes tres de los integrantes de una selección croata cuya historia dio la vuelta al mundo este verano. Los Modric, Rakitic, Lovren, Mandzukic, Perisic y compañía tenían todos detrás historias personales, familiares cercanos afectados, vivencias de las que quizás guardaban un vago recuerdo por su prematura edad, pero que sus padres se han encargado de mantener vivas. 

"fUE EL PARTIDO MÁS DIFÍCIL DE MI VIDA!

La de Rakitic es quizás la más conocida. Ivan nació en Suiza y, de hecho, pudo haber escogido jugar para el combinado helvético. Pero decidió hacerlo por el país de origen de sus padres, que tuvieron que exiliarse. El actual jugador del Barça creció en Möhlin, una ciudad pegada a la frontera con Alemania. Su padre nació en Sikirveci, un pequeño pueblo croata, mientras que su madre es de origen croata pero nació en lo que hoy es territorio bosnio. En vistas del gran conflicto que estaba por venir y pensando en el bien de sus hijos, ambos decidieron exiliarse en Suiza. Esquivaron el conflicto por muy poco.

En la cantera del Basilea (muy cerca de su pueblo) se hizo Ivan jugador. Y gracias a ello fue convocado por la selección suiza en categorías inferiores. De hecho, llegó incluso a enfrentarse a Croacia en un Europeo sub'17, según el mismo cuenta, "el partido más difícil de mi vida". Pero en 2007 se cruzó el seleccionador Slaven Bilic en su camino y le convenció para representar a su país de origen. Eso conllevó feroces críticas en su país de nacimiento e incluso amenazas. 

Una de las historias más arduas y crueles fue la de su compañero y gran estrella de Croacia Luka Modric. El actual 'The Best' vivió en sus carnes el fusilamiento de su abuelo y tuvo que pasar buena parte de su infancia en un hotel al haber arrasado el ejército nacionalista serbio su aldea. Ahí vivió un amor a primera vista con el balón mientras esperaba a que transcurriera el conflicto. 

UN REENCUENTRO A APENAS 500KM DE ZAGREB

En Milán, como decíamos, a escasos 500 kilómetros de Zagreb, capital de Croacia, se verán las caras Rakitic, Brozovic y Perisic. Este último, nacido en 1989, también vivió de lleno el conflicto desde su localidad natal, Omis, en la costa mediterránea croata. Su familia tenía una granja de pollos y él solía echar una mano siempre que podía. Es por eso que se ganó el sobrenombre de 'gallina'. En su caso, el negocio pudo seguir adelante a pesar del conflicto e Ivan llamó la atención del gran club de la zona, el Hajduk Split.

Era mediados del año 2000 y los talentos, en Croacia, no tenían tiempo siquiera de debutar como profesionales en la liga local antes de que llegara algún equipo extranjero y se los llevara. Eso le sucedió a Ivan, que se marchó al Sochaux francés, quien pagó 360.000 euros por él. Su madre y su hermana se fueron con él, mientras que su padre se quedó en la granja (más adelante confesaría que empujó a irse a su hijo a Francia porque estaba medio arruinado y necesitaba sufragar las deudas). 

Brozovic es algo más joven. Nació en el 1992, justo cuando el conflicto entraba en su etapa más sangrienta. Marcelo es natural de la capital, de Zagreb. Hijo de carnicero, su padre Ivan decidió por él cuando tenía apenas 16 años que debía dejar el colegio para dedicarse en cuerpo y alma al fútbol. Una decisión extraña y seguramente 'impopular' para muchos, pero de la que al final su progenitor se ha vanagloriado de tomar. Marcelo Brozovic llegó al Dinamo de Zagreb tras jugar en otros dos clubes locales y de ahí dio el salto al Inter en 2015 por ocho millones de euros. Titular con Spalletti en el cuadro 'neroazzurro', Marcelo era consciente de que cualquier 'desvió' en su camino hacia el primer nivel futbolístico tenía la única salida de la carnicería familiar. Parece que de momento no deberá recurrir a ello...