Lewandowski, mucho más que un pichichi

Robert Lewandowski marcó dos goles y estrelló dos balones contra la madera ante el Real Valladolid. Y, seguramente, la acción que mejor definió al polaco y plasmó todo lo que aporta al Barça fue su extraordinario movimiento en la diana de Pedri: cruzó una diagonal para ‘arrastrar’ a Joaquín Fernández y conceder al canario el espacio necesario para batir a Jordi Masip con un disparo preciso desde el punto de penalti. Antes de agradecer la asistencia a Dembélé, el tinerfeño se abrazó con el ‘9’ para reconocerle su aportación clave. Todos los ‘jugones’ sonríen igual. Y se entienden a la perfección.

Si alguna cosa ha corroborado ‘Lewy’ en sus primeros tres partidos oficiales es que es mucho más que un asombroso ‘killer’; que su condición de auténtico depredador del área es compatible con el ejercicio de cuantiosas tareas imprescindibles para cualquier equipo que aspira a pelear por los títulos más prestigiosos. Ha visto portería en cuatro ocasiones y ha repartido dos asistencias en 270 minutos. Ha generado, por consiguiente, un tanto cada 45 minutos. Todas las cifras, sin embargo, son frías por naturaleza y merecen ser contextualizadas. Sin su figura no se hubiera entendido ni el mencionado acierto de Pedri… ni el gol que cerró el triunfo, obra de Sergi Roberto.

Comunicación de líder

Lewandowski tiene el partido en su cabeza. Analiza constantemente el comportamiento defensivo de los rivales y aprovecha cualquier interrupción del encuentro para hablar con sus compañeros. Con todos: portero, defensas, centrocampistas y delanteros. Es muy difícil comunicar tanto sin dar órdenes. Siempre con buena voluntad, para matizar esos detalles que marcan las diferencias, Robert discierne a la perfección aquello que puede ser positivo para el Barça. Es un liderazgo ejercido desde la naturalidad. Desde la autoridad futbolística.

Xavi, en titulares: "Lewandowski es un líder natural"

Tanto Xavi Hernández como Jordi Cruyff destacaron esta faceta del polaco tras la goleada al Valladolid. “Es una bendición. Una de sus mejores virtudes es el dominio de los ‘timings’: sabe cuándo tiene que aparecer, cuándo debe aguantar o ayudar y cuándo toca rematar. Es un líder natural. Nos ayuda y nos comenta las cuestiones en las que podemos mejorar. Tiene una humildad tremenda y es un trabajador incansable”, valoró el entrenador. “Es muy exigente con sus compañeros. Con un 3-0 favorable, es el el primero que quiere más. Es un líder que exige a los demás que luchen hasta el final”, agregó poco después el secretario técnico.

Otro aspecto que caracteriza el fútbol de ‘Lewy’ es que no necesita intervenir demasiado para ser omnipresente. Entra en contacto con el esférico una media de 46 veces por encuentro y con ello le basta para ser decisivo. No es solo un rematador, pero en términos de participación actúa como tal. Es un número común, ni muy elevado ni excesivamente bajo, en los delanteros centros. Este fin de semana, por ejemplo, Karim Benzema marcó un doblete contra el Espanyol con 67 toques y Erling Haaland se apuntó un hat-trick contra el Crystal Palace con solo 16.