Koeman: horas decisivas

Solo la victoria en los partidos venideros evitaría lo que parece inevitable

En las últimas horas el debate interno y externo sobre su figura se ha intensificado

Koeman: "¿Qué puedo hacer? ¿Jugar 'tiki-taki'?"

Toni Frieros

Toni Frieros

Ronald Koeman se aferra a su profesionalidad y confianza en el trabajo que viene llevando a cabo para seguir creyendo en el futuro de este Barça que, sin embargo, suma una derrota en Champions League (0-3) ante el Bayern Munich y un empate 'in extremis' en el Camp Nou frente al Granada en Liga (1-1). Dos resultados, y el pobre juego exhibido, que han provocado que se enciendan las alarmas y se ponga en cuestión la continuidad del técnico neerlandés, que finaliza contrato el próximo 30 de junio, pocos días después de que el propio presidente Joan Laporta anunciara que el FC Barcelona le había ofrecido la renovación.

Así es el fútbol de élite. En pocas horas hemos pasado de pensar en la continuación de Koeman al frente del primer equipo de fútbol a verle sentado en una verdadera silla eléctrica. Todo el mundo es consciente que ahora mismo el futuro del héroe de Wembley está en el aire y depende, más que nunca, del próximo partido, que se jugará este jueves, a las 22.00 horas, en el Estadio Ramón de Carranza. Solo un triunfo ante el Cádiz evitaría lo que ya se afirma en el entorno. Y después de Cádiz, el Levante. Y después del Levante, el Benfica en Champions League, donde el Barça ha de ganar si no quiere complicarse la vida en Europa.

Una presión enorme que pende como una Espada de Damocles sobre Koeman, consciente de que la dictadura de los resultados es la que manda, mucho más en una entidad donde la paciencia no es precisamente una de sus virtudes y donde, además, se exigen resultados inmediatos sin tiempo para temporadas de transición. Ningún atenuante (pérdida de Messi, Griezmann...), lesiones (Fati, Dembélé...), juventud (Balde, Gavi, Demir...) es tenido en cuenta, por eso la realidad es palmaria: solamente una suma de victorias y una mejoría sustancial en el juego colectivo e individual calmaría a un entorno más agitado que nunca.

El banquillo del Barça está en plena ebullición.