Un lamentable Barça se estrella contra un gran Granada

El Barça hace el ridículo ante el Granada

Toni Frieros

Toni Frieros

El FC Barcelona cosechó esta noche ante un gran Granada, su segunda derrota en cinco partidos de Liga. Sigue sin ganar en campo contrario, donde solamente ha marcado en un partido (Osasuna). Ya se ha dejado ocho puntos, algo inaudito en la historia reciente del Barça a estas alturas de la temporada. Una decepción en toda regla.

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LaLiga (5ª Jornada)

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Alineaciones
Granada CF
Rui Silva, Víctor Díaz, Germán, Domingos Duarte, Carlos Neva, Azeez, Montoro, Yangel Herrera (m. 83, Gonalons), Antonio Puertas, Machís (m. 62, Vadillo) y Soldado (m. 57, Carlos Fernández).
FC Barcelona
Ter Stegen, Semedo, Piqué, Lenglet, Junior (m. 46, Ansu Fati), Sergi Roberto, De Jong, Rakitic (m. 62, Vidal), Carles Pérez (m. 46, Messi), Suárez y Griezmann.

Empanada

Salir del vestuario perdiendo es propio de equipos mediocres y faltos de concentración. Ahí, el Barça y Valverde tienen un grave problema que solventar. El Granada, equipo alegre y entusiasta donde los haya (ha ganado sus tres partidos como visitante con nueve goles a favor), se adelantó en el marcador en el primer minuto del partido. ¡Sí, el primero! Un grave error de Junior (sustituto de Alba) y un rebote en Piqué, permitieron que Azeez, de cabeza, adelantara al conjunto nazarí. Y desde entonces, el Barça a remolque. Por cuarta vez esta temporada, empezó ‘palmando’.

Tenía que remontar sin Messi ni Ansu Fati, ambos en el banquillo, ni tampoco Busquets, una circunstancia que permitió la primera titularidad de Rakitic esta temporada. El croata se desempeñó por la izquierda, siendo la derecha para Sergi Roberto.

Al Barça le costó Dios y ayuda salir desde atrás con el balón controlado y encontrar espacios. La alta presión del Granada, y su perfecta colocación, le impidió sentirse a gusto. Solo De Jong, después de una perfecta conducción y sentido vertical, posibilitó la primera jugada de peligro a los veinte minutos. Un tiro directo al borde del área que Luis Suárez, después, estrelló contra la barrera.

Solo en las postrimerías del primer tiempo, el Barça inquietó al meta local Rui Silva con una acción de Piqué. Una primera parte donde el Barça se olvidó de la banda izquierda (¿dónde estuvieron Junior y Griezmann?) y solo centró, mal por cierto, desde la derecha, con un inoperante Carlos Pérez. Los Cármenes despidieron a los suyos con un potente “sí se puede”. Sí, de momento, David podía con Goliat.

Entran Messi y Ansu Fati

A luz de los acontecimientos, Valverde reaccionó pronto. Tenía dinamita pura en el banquillo y la utilizó. Messi y Ansu Fati salieron nada más empezar la segunda mitad. Junior y Carlos Pérez se quedaron, por deméritos propios, en la ducha.

El Barça pasó a jugar con cuatro delanteros, Fati a la izquierda y Griezmann y Messi repartiéndose la derecha y la mediapunta por detrás de SuárezSemedo pasó al lateral zurdo y Sergi Roberto al derecho.

Unos cambios que revolucionaron el partido, que se convirtió en un toma y daca, con el Barça volcado en el campo nazarí y el Granada esperando para dar un zarpazo a la contra.

Todas esas buenas intenciones se complicaron a los 63’ por culpa del penalti que hizo Arturo Vidal en un barullo en el área pequeña. El VAR entró en acción y la pena máxima la ejecutó Vadillo para engañar a Ter Stegen. Un 2-0 complicado y doloroso con solo veinticinco minutos por delante para intentar lo imposible.

Lejos de arredrarse o amilanarse, el Granada se creyó lo que estaba haciendo y logrando. No se descompuso nunca, luchó por cada balón y por ganar cada espacio, mordiendo. Un orden táctico admirable, obra de su entrenador, Diego Martínez.

A pesar de Messi, Luis SuárezGriezmann, Ansu Fati, el Barça solo puso en peligro a Silva a los 80’, cuando el uruguayo dejó pasar un centro raso de Fati y el capitán del Barça disparó para que detuviera el meta local.

Una derrota dolorosa e inexplicable que saca a relucir todas las deficiencias de un equipo que no sabe ganar en campo contrario esta temporada. Jugando así es imposible que levante título alguno.