Gerard Piqué: Marido venerado y muro infranqueable

La pareja Piqué - Lenglet, defensa inquebrantable en el Bernabéu

La pareja Piqué - Lenglet, defensa inquebrantable en el Bernabéu / LALIGA

Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

“Es cierto que ha pasado por algunos momentos más bajos, pero para nosotros es vital, es un líder”, comentó el otro día Valverde en rueda de prensa sobre el papel de Piqué. Son palabras mayores, muy mayores, pero muchas voces sugirieron tras el clásico que cabía la posibilidad de que el central catalán hubiera jugado su mejor partido con la camiseta del FC Barcelona. Son ya 11 temporadas ininterrumpidas visitiendo la zamarra del primer equipo azulgrana.

Guardiola apostó por su regreso y el club abonó los ahora irrisorios cinco millones de euros pertinentes al Manchester United. Quizás una de las mejores inversiones realizadas en la historia de la entidad. Tardó aproximadamente un par de meses Gerard en amortizar la cantidad que se había pagado por él. Bajo la batuta de Guardiola se convirtió en uno de los mejores centrales del mundo, indiscutible para el equipo que mejor fútbol practicaba del planeta y un pilar de una selección que, a su vez, marcó una época en cuanto a juego y títulos se refiere.

UNA EXHIBICIÓN PARA LA HISTORIA

Pero resulta que se abre un debate real sobre si la exhibición de Piqué en el duelo de Liga del Bernabéu fue una de sus TOP con el club barcelonista. Lo que queda claro es que Gerard dió una ‘masterclass’ sobre cómo debe actuar un líder de la zaga. Un partidazo que gustó hasta su pareja Shakira que dejó un mensaje cortó pero muy muy significativo en las redes sociales: “Mi marido hoy un espectáculo”.

Probablemente definió la cantante de la mejor forma posible la actuación de su cónyuge. Gerard fue un muro, estuvo en todas partes, aguantó físicamente como un jabato y mostró la velocidad y la anticipación de un chaval. Fue clave en las ayudas a Sergi Roberto para frenar a un Vinicius que fue una sombra del partido copero del miércoles. El ‘3’ mandó, no dejó pasar absolutamente a nadie e incluso se marcó varias cabalgadas llenas de potencia por aquello del ‘recochineo’.

 Piqué habla con Sergio Ramos durante el encuentro | AFP

Es una noticia magnífica, sublime, que Gerard muestre este nivel de fiabilidad y de rigor defensivo justo cuando nos encontramos inmersos en el tramo decisivo de la temporada. No solo él, toda la línea defensiva dio un recital en el Bernabéu. Lenglet volvió a mostrarse muy sobrio y a no cometer prácticamente errores, Sergi Roberto rayó  a un nivel altísimo tanto en tareas de contención como en la parcela ofensiva y Jordi Alba fue, como de costumbre, un puñal. Pero lo de Piqué fue algo más. Los delanteros blancos soñarían y soñarán con el canterano, que, además, pareció tener un imán en su cuerpo. Todos los remates y pases le golpearon a él. Lo interceptó todo. Pero evidentemente eso pasa por estar perfecto tácticamente. Solo una de las facetas en las que ‘se salió’, literalmente, el bueno de Gerard.