García Pimienta pide no tirar la toalla

Fue un golpe duro después de una semana dura. Doble ración de realidad para un Barça B en horas bajas. Un cambio de entrenador en busca de la reacción que permita seguir soñando en una salvación cada día más lejana. La primera final acabó mal porque el Almería, un rival directo, se impuso por la mínima. 

Pero no todo fueron malas noticias. La imagen ofrecida por el equipo fue buena, muy buena. Tanto que el filial no mereció la derrota en un partido en el que hizo méritos de sobras para llevarse un mejor resultado. A eso se agarró García Pimienta para pedir a sus futbolistas que no se les pase por la cabeza tirar la toalla. El mensaje trasladado en el entrenamiento del domingo, tras regresar de Almería, tuvo como objetivo levantar los ánimos y, sobre todo, hacerles ver que siguen habiendo opciones reales de lograr la permanencia.

Quedan cinco jornadas y la salvación está a cinco puntos, pero habrá enfrentamientos directos entre implicados en la pelea y García Pimienta cree que, jugando como se jugó en el Juegos del Mediterráneo, los blaugrana son capaces de superar a cualquier rival. La intención es encarar cada jornada como una final que hay que ganar para optar a la siguiente.

un calendario complicado

La gran mayoría de los cinco rivales que esperan al Barça en el tramo final de Liga en Segunda División se están jugando tanto o más que el filial blaugrana. Teóricamente, el más asequible es el próximo. El Reus visita el Mini Estadi el próximo sábado (18.00) situado en una cómoda posición en la tabla, con la salvación prácticamente cerrada. Todo lo que no sea ganar sería la condena definitiva al descenso. A partir de ahí, el Sporting, que lucha por el ascenso directo, espera en Gijón y el Cádiz, que pelea por la promoción a Primera, llegará al Mini. Albacete, casi salvado, y Zaragoza, en la terna de equipos que quieren promocionar, cerrarán la Liga.