La frustración de Rijkaard con Iniesta

Jordi Gil

El repaso a su carrera que está realizando Andrés Iniesta dejó una nota un tanto intrigante en la entrevista concedida al programa ‘El Món a Rac1” de Jordi Basté. El manchego habló de la final de la Champions de París en 2006 y el mal sabor de boca que le dejó la decisión de Frank Rijkaard de dejarlo en el banquillo y, sobre todo, la forma que tuvo de gestionarlo. Años más tarde, el holandés admitió que “fue una decisión dura” y le faltó mano izquierda con un futbolista que estaba en sus inicios profesionales.

Iniesta desveló que “tuve una conversación muy privada con él y no la expliqué, pero no me argumentó nada. Rijkaard me dijo una cosa muy fuerte y no me argumentó el por qué. Es una de las pequeñas cosas que no he contado nunca”.

El manchego nunca ha desvelado esta conversación y difícilmente lo hará. Sus valores le impiden romper un encuentro privado. Los detalles no saldrán a la luz, pero SPORT pudo conversar con el entorno de Rijkaard y explicaron que el técnico holandés no  tuvo la intención de herir al futbolista, que en todo caso, el técnico no supo expresarse cómo correspondía para la ocasión.

Años más tarde, Rijkaard admitió en el libro ‘Andrés Iniesta, 8 grandes historias’, editado por este periódico, que “dejarlo en el banquillo fue una decisión dura”. Y el argumento fue que en aquella época pensaba en Iniesta principalmente como revulsivo. “Poner a Iniesta en el segundo tiempo significaba muchísimas veces cambiar el partido”, señaló y era plenamente consciente de que el futbolista podía enojarse: “Seguro que para él no era fácil tener que esperar para entrar en los partidos, pero para mí era algo muy intenso a lo que podía recurrir en cualquier momento”. Centándose en el duelo de París frente al Arsenal, Rijkaard  calificó a Iniesta como “un arma poderosa” para cambiar el rumbo del encuentro.

“Frank quizá no se expresó bien o hubo un error de comunicación. Andrés era muy joven y las palabras puede ser que no fueran muy medidas”, afirman desde el entorno del técnico. Rijkaard se decantó por un centro del campo físico con Edmílson, Van Bommel y Deco, algo que corrigió al descanso sustituyendo al brasileño, quien ejerció de pivote y fue fundamental para remontar.

Iniesta y Rijkaard se vieron por última vez en 2012 con motivo del amistoso España-Arabia, con el holandés como seleccionador saudí. Su encuentro fue cordial. La educación nunca ha faltado, si bien el capitán quedó tocado por aquella decisión de París.