El descenso al infierno de André Gomes, paso a paso

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

André Gomes es un futbolista mental. Todos lo son. Hay infinidad de jóvenes talentos que nunca llegarán porque mentalmente no están preparados para fomar parte de ese selecto grupo de hombres que pueden jugar ante 100.000 personas sin inmutarse. Rodolf Borrell, ex entrenador del fútbol base blaugrana y hoy ayudante de Pep Guardiola en el City, siempre decía de Cesc Fàbregas que "le da lo mismo jugar ante diez personas que ante cien mil. No siente ningún tipo de presión". Pero si es difícil llegar, mucho más lo es mantenerse. Si, además, por el camino, aunque de forma involuntaria pero un punto inconsciente, la presión llama a su puerta en forma de decisiones o declaraciones, la cosa se complica.

un fichaje 'robado' al real madrid

Los medios de comunicación alineados con el madridismo ya lo anunciaban en portada: "André Gomes espera al Madrid" o "André Gomes, más cerca", fueron algunas de las dedicatorias al futbolista portugués. Hoy la cosa ha cambiado y, donde dije digo, digo Diego: "André Gomes da la razón a sus críticos: no está para jugar en el Barça". Cosas del periodismo. Pero el Barça fue más rápido, más incisivo y contaba con la bendición del padre de André, cuya pasión por el Barça es conocida. El el Valencia habían tasado al jugador en una cifra que iba, según las fuentes, desde los 80 hasta los 65 millones de euros y los blancos, según apuntaban desde la capital española, estaban dispuestos a llegar hasta los 50. Al final el Barça se lo llevó por 35 millones más una serie de variables que serán comentadas más tarde. Bartomeu anunció su incorporación en una cena con periodistas. Orgulloso, el presidente del Barça quiso dar la doble noticia: el club había logrado la incorporación del centrocampista más deseado de la Liga (en Madrid aseguraban que estábamos frente al "nuevo Modric") y, además, lo había hecho robándoselo al eterno rival y por un precio inferior al que ellos estaban dispuestos a pagar.

un contrato con muchas arIstas

Poco a poco, se fue sabiendo, como pasa en este tipo de operaciones, detalles sobre los resultados de las negociaciones que acabaron plasmándose negro sobre blanco. Los 35 millones fijos eran una realidad incuestionable. Eso ya ha costado André Gomes al Barça. No se trata de un precio desorbitado teniendo en cuenta la edad del futbolista y su ascendencia en el mundo del fútbol, por lo menos en su etapa en el Valencia, donde estaba demostrando que acabaría comiéndose el mundo. Solo se hablaban maravillas de ese futbolista entonces y, de hecho, incluso antes de fichar, Robert se atrevió a decir que "solo voy a decir que André Gomes y Pogba son dos magníficos jugadores" antes de firmar al portugués. Una vez firmado añadió que "la verdad es que hacía tiempo que le seguíamos, siempre nos ha gustado mucho a Luis Enrique y a mí". Su cláusula de rescición es de cien millones de euros, una cifra nada desorbitada en la creciente inflación futbolística, pero sí muy importante cuando se firmó. Lo que más sorprendió, sin embargo, fue la cláusula de quince millones de euros colocada en los papeles firmados si el centrocampista ganaba el Balón de Oro. Tanta era la confianza (y por ende la presión añadida) en el jugador que el Valencia, en este caso, quiso incluir esta partida en el contrato.

un capricho a cuenta del barça

Albert Soler, máximo ejecutivo del fútbol blaugrana entonces, junto a Robert Fernández, dieron la rueda de prensa en la que expusieron el fichaje de André Gomes. Se trataba de "un capricho" que el club se había dado porque no podía dejar escapar "una oportunidad de mercado" como esa. El portugués no era una prioridad en las incorporaciones realizadas el verano de 2016, pero sí era una apuesta inequívoca de Luis Enrique secundada por los ejecutivos que estaban por encima suyo. Así que, como las oportunidades solo pasan una vez en la vida, el Barça se echó al monte y trajo a André Gomes al Camp Nou. Ese mismo año también se firmó a Cillessen, Paco Alcácer, Denis Suárez, Umtiti y Lucas Digne. André era la guinda del pastel.

primer año de transición

Su primer año no fue bueno, pese a tener la confianza absoluta de su entrenador, Luis Enrique, que le hizo jugar 47 partidos de los que, en 27 de ellos, fue titular. En total disputó 2.652 minutos, una cifra nada desdeñable para ser su estreno como blaugrana. Marcó, además, tres goles. Su mejor acción, de todas maneras, fue habilitar a Jordi Alba, que le doblaba por la izquierda, para que el lateral cediera atrás el balón con el Messi mostró la camiseta al Bernabéu para seguir soñando con la Liga. Los números no están mal, pero las sensaciones no acabaron de concordar con esas estadísticas. Seguramente fue el pez que se muerde la cola y, cuanto más jugaba, menos se convencía a sí mismo, como relataba en la entrevista publicada por 'Panenka'. Ernesto Valverde, como el asturiano, también ha seguido dando confianza al portugués. Esta temporada ha jugado un total de 25 partidos. La gran diferencia es que en la mayoría ha entrado desde el banquillo. Solo ha sido titular en diez ocasiones y no ha marcado ni un solo gol. 

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Llegan los temidos pitos

La incomprensible frustración que lleva a personas supuestamente normales a pitar a sus jugadores es tan susceptible de ser analizada por un psicólogo como lo es el momento mental por el que atraviesa André Gomes. Pero el luso se enfrenta a la masa saltando al césped, mientras esas personas supuestamente normales se esconden entre ella. El centrocampista, al que le pusieron la etiqueta de 'futbolista de partidos importantes' gracias a que Valverde le ha utilizado como titular en estadios como el Bernabéu, el Wanda Metropolitano o San Mamés, también jugó en Mestalla de inicio el 8 de enero de este mismo año. Allí cuajó, seguramente, uno de sus peores partidos, dejando claro que su problema no era solo futbolístico, que de eso va sobrado, sino, sobre todo, mental. Valverde dijo en la rueda de prensa posterior que "normalmente tardo más en hacer los cambios, pero veía claro que debíamos intentar mover un poco la parte de arriba porque nos faltaba un jugador que pudiera regatear en el último momento". El Txingurro hizo el cambio en el descanso después de gesticular amargamente por alguna decisión tomada por el jugador sobre el césped. Casi fue el mismo gesto que dedicó al público del Camp Nou cuando, en el Barça-Atlético, silbó a su futbolista nada más incorporarse por la lesión de Iniesta en la primera mitad. A la afición no le gustó que Valverde optara por el portugués tras lastimarse su capitán. 

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andré lo confirma todo en 'panenka'

André Gomes, ante una situación insostenible, tenía dos opciones: esconderse y agachar la cabeza o explicar todo lo que le pasa por ella al mundo. Su valentía sincera en la entrevista concedida a la revista 'Panenka', que no tiene nada de casualidad, forma parte del tratamiento al que se ha sometido. Exorcizar sus demonios es la mejor medicación ante una ansiedad que no le está dejando ser él mismo cuando se viste de corto. André, con la ayuda de quienes le ayudan, ha dicho basta: a partir de ahora voy a sacarme la presión explicando a todo el mundo que la noto. Reconocer el problema es la mejor manera de empezar a poner remedio al problema.

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