¿Por qué la afición del Barça silba a André Gomes?

German Bona

German Bona

El Barça tiene un problema con André Gomes. De poco sirve esconderlo, minimizarlo, o directamente, negarlo. El portugués no cuaja en una gran parte de la afición azulgrana y eso es lo peor que le puede pasar a un futbolista. Contra el Atlético de Madrid, la historia se agravó. En un encuentro donde el Camp Nou presentó una gran entrada y la grada apretó de lo lindo para empujar hacia la victoria, la nota discordante fueron los silbidos que se llevó el luso incluso en el momento de entrar en el campo sustituyendo a Andrés Iniesta. También hubo quien lo transformó en aplausos, es cierto, pero el debate está ahí y no se puede tapar.

CONTROVERTIDO DESDE EL PRINCIPIO

Se podría decir que André Gomes ya no entró con buen pie en el FC Barcelona cuando fue fichado en verano de 2016. Los 35 millones que costó, más 20 en variables, se consideraron excesivos y parte de la afición ya estuvo con la mosca detrás de la oreja por el hecho de proceder del Valencia, pues se considera que el club che vende al Barça por más de lo que vale el futbolista. Casos anteriores como el traspaso de Mathieu por 20 'kilos' tampoco ayudaron a mejorar esta imagen...

Y precisamente en los variables también está uno de los quids de la cuestión. Cuando se filtró que en el contrato se había estipulado una cláusula en el caso de que André Gomes conquistara el Balón de Oro, muchos aficionados se lo tomaron incluso a 'chanza', pero cuando lo ven fallar dos pases seguidos, la broma se convierte en indignación. Otro factor que va en su contra, pues una variable de este tipo aumenta las expectativas a niveles que, por el momento, el jugador parece lejos de cumplir.

su estilo de juego no conecta

Hay un dicho que puede retratar lo que sucede con André Gomes. 'La mujer del César no solo debe serlo, sino parecerlo'. Algo tendrá este futbolista cuando todos los entrenadores le han defendido a capa y espada, y han tratado de encajarlo en el equipo, incluso siendo conscientes de que se podía plantear un problema con el graderío.

Se asegura que el portugués trabaja mucho, que se pone siempre al servicio del equipo, pero tiene un estilo de juego, que, a ojos de algunos aficionados, es más bien indolente.La afición del Barcelona es muy exigente. Exquisita con los jugadores tocados por un don especial, como Messi o Iniesta, pero que también gusta de actitud y garra. Carles Puyol, sin ser un dechado técnico, se ganó el corazón de todos los aficionados azulgranas, que siempre le reconocieron sus virtudes de gladiador. 'Si no tienes acierto, lucha hasta la extenuación', sería el parecer del culé, a quien le da la sensación, equivocada o no, que André Gomes se queda entre dos aguas.

un problema de difícil solución

André Gomes cuenta con el apoyo del vestuario y del cuerpo técnico. Ernesto Valverde, que no se casa con nadie y así lo demostró con Deulofeu, lo defendió en la rueda de prensa tras el Atlético, recordó que también escuchó aplausos, pero también lanzó un aviso a tener muy en cuenta: "Al público hay que conquistarlo, ponerlo de su parte. Hay que afrontarlo y luchar para cambiar las cosas". 

Ya ha habido otros futbolistas pitados por el Camp Nou. Por ejemplo, a los canteranos siempre se les ha mirado con lupa, como si llegar desde abajo les obligara a demostrar más, incluso Charly Rexach en su día fue incomprendido. Más recientemente, el caso de Dmitro Chygrynskiy se podría equipar al de Gomes en el sentido que siempre llevó la pesada losa de su precio, que por aquel entonces fue de 25 millones de euros.

Darle la vuelta a la situación no es fácil. Hay futbolistas que llevan una coraza encima y eso les permite no sentirse influenciado por la reacción de la gente. A algunos, incluso, les motiva, como a Ibrahimovic. Pero André Gomes no parece estar hecho de esta pasta y su moral lo acusa. En estas circunstancias, ponerlo en calzador puede ser incluso inconveniente. El público puede tener razón o no, pero es soberano, el que paga y por el que se monta este negocio. Hay un problema, se quiera o no, es así.