Así es el bloqueo psicológico del Barça

La razón es que Xavi ha cimentado una buena y necesaria cohesión entre sus jugadores en una ciudad cómoda y un club agradable.

Esta comodidad está afectando negativamente la mentalidad competitiva que todo jugador del FC Barcelona

Xavi habló sobre el 'bloqueo mental' del Barça: "Creo que el problema es..."

Xavi Hernández habló en la rueda de prensa previa al partido ante el Alavés / Twitter

Joan Anton Ros

Joan Anton Ros

La actual situación del Barça no es tanto un problema de juego, sino un bloqueo psicológico de sus jugadores. La razón es que Xavi ha cimentado una buena y necesaria cohesión entre sus jugadores, a través de un buen ambiente de grupo, tal como se observa en los entrenamientos. Además, los jugadores se sienten bien pagados en una ciudad que cuenta con una excelente climatología y un buen nivel de vida en comparación con otras ciudades. La prueba evidente es que ningún jugador quiere marcharse del club, incluso renunciando a ofertas más generosas.

Esta comodidad está afectando negativamente la mentalidad competitiva que todo jugador del FC Barcelona debería tener en un club que tiene la obligación de ganar o, al menos, de luchar por mantener el máximo nivel en todas las competiciones.

Según los postulados de la psicología, un equipo de alto rendimiento tiene que estar cohesionado y, a su vez, comprometido con su propósito. Esto significa que, además de la necesidad de que exista una buena relación y un excelente clima de trabajo entre las personas que conforman el equipo, este debe estar totalmente orientado a la tarea.

Dos requisitos

Son dos requisitos que siempre deben estar permanentemente equilibrados, ya que un exceso de cohesión y un bajo nivel de compromiso con la tarea inducen al equipo a la relajación, mientras que el efecto inverso (alta tarea y baja cohesión) genera mucha tensión en el equipo, provocando constantes fricciones entre sus miembros, quienes pueden llegar incluso a ignorar a su líder o a una parte del colectivo, lo que afectan negativamente al espíritu de equipo y se obtienen pésimos resultados.

Pedri y Frenkie de Jong con la camiseta del FC Barcelona

Pedri y Frenkie de Jong con la camiseta del FC Barcelona / AFP

Se trata de una tarea de alta exigencia que, para los equipos de alto rendimiento, implica un esfuerzo continuado de todo el colectivo, una especial atención a la precisión y la calidad, pero también un plus de innovación para afrontar con éxito los numerosos desafíos a los que se enfrenta el equipo.

En el caso del FC Barcelona, salvo los casos de Araujo (excepcional en todos los sentidos), Gavi y Ter Stegen, el resto de la plantilla ha entrado psicológicamente en modo standby. Han perdido claramente el gen competitivo imprescindible en un equipo de alto rendimiento, existe además un desconcierto colectivo durante la mayor parte de los partidos y unas excesivas prisas en los últimos minutos para revertir la situación. Pero lo más grave es que, tal como manifestó en su día el propio Gündogan, no existe ningún sentimiento de frustración en la mayoría de los jugadores después de perder un partido. Es imposible mejorar cuando las personas no asumen sus propios errores.

El papel del entrenador

Lógicamente, es el entrenador quien tiene que revertir esta situación, pero al final son los jugadores quienes juegan el partido y aquí es donde los jugadores veteranos y mejor pagados no dan la talla. Son ellos quienes tienen que dar ejemplo a los jóvenes talentos que se han incorporado recientemente al equipo. No se pueden cometer tantas imprecisiones en jugadores de este nivel, ni tampoco se debe persistir en adoptar las mismas soluciones a problemas diferentes. En los últimos partidos, el equipo ha fallado no solo en su compromiso, sino también en la calidad y la innovación, dos requisitos imprescindibles en un equipo de alto rendimiento.

Xavi  Hernández, en el Barça-Alavés

Xavi Hernández, en el Barça-Alavés / Javier Ferrándiz

De acuerdo con la teoría psicológica de los roles de equipo, es necesario que los miembros de un equipo, además de ser excelentes en las competencias requeridas para su función (jugadores en el caso del Barça), sean capaces de potenciar unos comportamientos naturales de las personas que surgen a partir de la interacción y que son necesarios para el éxito del equipo. El equipo no solo debe estar equilibrado tácticamente, sino también psicológicamente, por lo cual deberán coexistir, entre otros, unos jugadores con un plus de creatividad capaces de aportar ideas disruptivas y otros más dinamizadores para impulsar y desafiar al equipo en momentos de bloqueo.

Como reflexión final, considero que la elección del capitán de un equipo no debería basarse en la antigüedad, especialmente en el contexto actual, cuando el equipo necesita jugadores altamente comprometidos y dinámicos como Araujo, en lugar de jugadores tan acomodados como Sergi Roberto.

Joan Antón Ros Guasch, profesor de EADA Business School y Cofundador de ETBO