El Barça se lame las heridas

El conjunto azulgrana también se descompone en LaLiga el día menos pensado

La distancia obliga al Barça a volver mirarse a sí mismo en lugar de la clasificación

Gerard Piqué: "Duele muchísimo"

Piqué habló tras el partido ante el Cádiz /

Dídac Peyret

Dídac Peyret

El día menos pensado ante el rival más insospechado el Barça dimitió en LaLiga. Ante el Cádiz, con un penalti de Lenglet devastador, y en los últimos minutos.

Justo cuando el Atlético daba síntomas de agotamiento, el Barça fue incapaz de ganar en el Camp Nou a un equipo que lucha por la permanencia. Empató ante el Cádiz, a pesar de jugar con el equipo de gala.

Koeman ya tiene su equipo. No se sabe cuál es su techo, y se le ven las costuras, pero irá con él hasta el final. Quedó claro repitiendo la alineación del PSG ante el Cádiz.

Toda una novedad porque, durante gran parte de la temporada, Koeman ha intervenido cada vez que llegaba un mal resultado. Lo suyo ha sido una búsqueda constante (del 4-2-3-1, al 3-5-2 hasta el 4-3-3) que se ha frenado las últimas semanas.

No es un Barça fiable. Pero sí un equipo con margen para crecer. Koeman sabe que está a medio camino de lo que quiere. Lo explicó con un ejemplo muy gráfico el martes: dentro de cuatro años Pedri será mejor que cualquier centrocampista del PSG.

Pero eso será en el futuro y ahora tiene lo que tiene. Así que, a pesar del revés de la Champions, optó por dar confianza a los mismos jugadores. Un mensaje de estabilidad y también la constatación de que, a la espera de Ansu y Araujo, es el mejor once posible para Koeman.

Contra el cemento del Cádiz

La respuesta del equipo fue irregular. El Barça salió a por el partido pero se nubló ante el bloque bajo del Cádiz. El conjunto de Álvaro Cervera, que sabe que su lucha es la permanencia, renunció al balón y se enganchó a su portero.

Y ante eso el Barça no encontró soluciones colectivas, solo alguna aventura desordenada de Dembélé, las apariciones de Messi y el juego intuitivo de Pedri.

El viento tampoco contribuyó al juego y Messi decidió desde los once metros. El argentino lo lanzó con la mirada de Mendieta y el golpeo de Maradona. Se acercó al balón, fijó sus ojos en Ledesma, y cuando se movió, envió el balón al otro costado, suave, en cámara lenta.

Messi abrió el marcador y renovó otra marca asombrosa. Con el Cádiz ya son 38 los equipos de LaLiga a los que ha marcado algún gol. Y ya son seis jornadas seguidas marcando.

Al tanto del argentino le siguió una ocasión fulgurante del Cádiz, señal de que el Barça sigue siendo un equipo por hacer. Quedó claro en una segunda parte espesa en hora de siesta.

El equipo volvió a exhibir dos de las principales preocupaciones de Koeman esta temporada. Las desconexiones defensivas y la falta de efectividad arriba.

Especialmente desesperante está siendo Dembélé, absolutamente negado en los últimos metros. Cuando no le sobra un recorte, da un pase de más o dispara con el pie torcido. Una lástima porque estuvo muy activo ante el Cádiz, pero sus jugadas se quedan muchas veces en tierra de nadie.

El juego del Barça y la falta de contundencia desesperaron a Koeman, que terminó despeinado y con los nervios a flor de piel. Nada raro porque ahí estaban las opciones de Liga del Barça. Y llegó un empate devastador para un Barça necesitado de puntos y confianza.

Un resultado difícil de asimilar que castiga a un Barça que se queda a ocho punto del Atlético. "Una distancia importante pero no inasumible", dijo Piqué tras el partido. Una distancia que obliga al Barça a mirarse a sí mismo en lugar de la clasificación.