Jordi Ribera y el trabajo para 'hacer crecer' a los Hispanos

La selección española de balonmano se ha caracterizado históricamente por su defensa, por su buena portería y por sus rápidas salidas al contragolpe aprovechando la velocidad de los extremos, pero también por los problemas para convencer a jugadores altos que suelen recalar por el baloncesto.

Así se entiende que jugadores bajos como Oscar Grau en el pivote o Enric Masip (ahora adjunto a la presidencia del FC Barcelona) en la posición de central hayan jugado un papel decisivo cuando en otros países estos puestos suelen estar en manos de jugadores que rondan los dos metros de estatura.

A unos Hispanos muy gafados solo les vale ganar a Austria

Jordi Ribera se hizo cargo del banquillo de los Hispanos en septiembre de 2016 tras el fiasco de quedar fuera de los Juegos de Río que supuso el final de la 'era Manolo Cadenas' y acaba de renovar hasta 2028. Al año siguiente amplió el acuerdo con la RFEBM que preside Paco Blázquez para hacerse cargo también de la dirección técnica y de la coordinación de las selecciones inferiores.

En ese afán por controlarlo todo y por dotar a la Federación de un patrón de trabajo común, el de Sarrià de Ter también trabajada para conseguir elevar esa altura media de los equipos en las categorías inferiores tal y como explicó a SPORT antes de viajar a Alemania para la disputa del Europeo.

"Llevamos un tiempo cambiando eso (de ser una selección bajita), buscando también jugadores de altura y la verdad es que nos está costando, porque hay otros deportes que compiten con nosotros por lo mismo. Y hay que tener en cuenta el difícil momento que vive el balonmano profesional en España, pero la selección juvenil que quedó campeona del mundo el año pasado era una de las más altas del torneo. Esos jugadores en el futuro de la absoluta sí van a tener esa altura que a veces nos ha faltado", comentó el catalán.

"Eso sí, además de tener altura otra de las cosas que nos caracterizó en ese Mundial juvenil es el talento, que al final es lo más importante. El balonmano está cambiando, hay mucha más velocidad, se valora mucho más el físico y el choque, se pueden realizar menos cambios defensa-ataque y hay menos especialistas. La búsqueda de jugadores en la formación tiene que ir encaminada a cómo se juega ahora", prosiguió el exseleccionador de Brasil.

Sobre ese trabajo continuo de formación en el CAR de Granada que él mismo supervisa en persona, Ribera destacó que desde su llegada al banquillo "hemos conseguido formar un gran grupo de trabajo. Evidentemente cada selección tiene sus entrenadores y después está toda el área de tecnificación con muchos entrenadores que vienen a conocer cómo trabajamos. Cada mes tiene sus cosas y siempre hay trabajo, ya sean actividades, partidos de selecciones autonómicas... Todo lo que ha montado la Federación está funcionando bien y estoy contento".

"El punto decisivo para decidir cómo quieres jugar son siempre los jugadores, porque por mucho que tú puedas confeccionar un modelo de juego lo vas a tener muy difícil si no dispones de las piezas adecuadas. Una de las cosas buenas que tenemos desde las selecciones inferiores es la capacidad de adaptación a lo que ocurre en la pista y eso es porque cada jugador tiene su rol y sus características nos permiten atacar o defender de forma distinta. Cambiando los jugadores ya podemos jugar de manera diferente", reflexionó también en clave de absoluta.