Un Barça Lassa camaleónico

El nuevo Barça Lassa vive instalado en su particular montaña rusa desde que inició el ejercicio tanto a nivel de juego y resultados. Obtener la deseada regularidad es aún el reto pendiente de los jugadores de Sito Alonso. Un proyecto, recordemos, que presenta ocho caras nuevas en su plantilla con respecto a la campaña anterior...amén del técnico.

El pasado domingo, el Barça logró un triunfo de prestigio en la pista del Real Madrid que debe servir para que el colectivo se rearme, estabilice sus biorritmos y vaya logrando los automatismos necesarios para conseguir la deseada regularidad. Por que, hasta la fecha, el equipo ha desconcertado a sus aficionados enlazando rachas positivas de juego y resultados con otras negativas. 

Un Barça que ha sido capaz de apalizar al Olympiacos y al Panathinaikos, de ganar en pistas siempre complicadas para él como Bilbao o, especialmente, la ya comentada del Madrid . Pero ese mismo equipo  ha perdido ya tres partidos en el Palau ante rivales que, en condiciones normales, no deberían haber asaltado el coliseo azulgrana como el Zalgiris, el Anadolu Efes o el UCAM Murcia.

El Barça está mostrando su vocación ofensiva (es el mejor de la ACB con 90,7 puntos y el tercero en Euroliga con 81,1), es líder en asistencias en ambas competiciones (20 y 21 respectivamente) y en la faceta defensiva destaca en recuperaciones con (8,3 y 7,1).

Pero eso no le ha impedido descomponerse en algunos partidos  víctima de la laxitud defensiva y la ansiedad ofensiva, lo que le ha costado la derrota.

En Madrid, el colectivo azulgrana, superó esos miedos en un partido de carácter, decidido en el último suspiro. ¿Será la definitiva señal de que todo ha cambiado? Esta semana el Brose Bamberg alemán y el Valencia, por partida doble, serán una buena ‘prueba del algodón’.

La RECETA de Sito Alonso

Tras ganar en Madrid y preguntado al respecto de si el equipo está en el camino de lograr su verdadera identidad Sito Alonso dejó claro: “Es una cosa de trabajo. Todo el mundo tiene que acoplarse a nuevas situaciones: jugar cinco minutos, o quince, ser protagonista en un partido y en otro no. Y eso es complicado por que todos los jugadores eran protagonistas en sus anteriores equipos. Tienen que adaptarse a roles diferentes y pienso que hasta que este aspecto no esté atado tendremos otras veces problemas como en partidos anteriores. Eso sí, la agresividad debemos ponerla siempre”. Toda una declaración de principios.