Las claves del adiós de Jasikevicius

Saras Jasikevicius ha dejado este lunes de ser entrenador delo Barça ya que ambas partes, después de haber negociado un nuevo contrato para el técnico lituano, no se han puesto de acuerdo y ya tiene sustituto, el ex capitán azulgrana, Roger Grimau.

En el Barça tenían la esperanza de que Jasikevicius se aviniera a las nuevas condiciones que ha puesto en marcha el club, con recortes importantes en todas las secciones y especialmente en el basket, que con un presupuesto de 41 millones de euros es claramente deficitario.

A pesar de que se había comentado que el técnico estaba en la línea de aceptar una rebaja salarial para seguir en el Barça, lo cierto es que no ha aceptado la oferta presentada por el club y por tanto, tiene libertad para irse a donde quiera.

Decepcionante final con Saras

Una decepción para la propia sección con Juan Carlos Navarro al frente, que tenía el ‘feeling’ de poder llegar a un acuerdo con el lituano y más, después de la consecución del título de Liga ante el Madrid por un concluyente 3-0.

Aunque el técnico también se marcha disgustado por todo lo sucedido con el ‘caso Mirotic’ y que puso en jaque al conjunto azulgrana previo al inicio de la final, con el montenegrino quejándose de que el Barça no le había apuntado la posibilidad de rebajarse el sueldo.

Saras ha vivido muy de cerca el tema y el sufrimiento del jugador y no le habrían gustado las maneras en cómo ha actuado el club con el jugador estrella de la sección. Un tema añadido a algunas bajas que seguramente llegarán como la de Cory Higgins, todavía con un año de contrato, o jugadores como Kyle Kuric, que también acaba.

El técnico lituano también quería contar con un equipo ganador y el club no le ha podido garantizar una plantilla con la suficiente calidad para poder luchar por todos los títulos, y especialmente por la Euroliga, el gran 'debe' de Saras como entrenador del Barça.

Una situación que le ha llevado a finalizar su etapa de tres temporadas en el Barça e ir en busca de un nuevo proyecto sin cerrarse a volver al club, al que considera su casa, siempre dejando abierta la puerta para volver en otro momento.