VOLKSWAGEN T-ROC

Prueba Volkswagen T-Roc, el conquistador millennial

La nueva propuesta crossover del grupo alemán trae consigo aire fresco en cuanto a diseño y un dinamismo muy correcto.

El Volkswagen T-Roc es el último SUV de la marca alemana.

El Volkswagen T-Roc es el último SUV de la marca alemana. / DANIEL ALCALÁ

Volkswagen ha sido una de las marcas que ha apostado por los SUV’s desde sus inicios así que no es de extrañar que, poco a poco, complete su gama crossover con un modelo para cada segmento. El último en llegar ha sido el Volkswagen T-Roc, una proposición para los amantes de la estética todocamino que no quieren renunciar a tener un coche pequeño, útil a la hora de circular por la ciudad y con un diseño algo más atrevido. Aquello del espacio, el maletero y la habitabilidad han dejado de ser lo importante a la hora de decidirse por un vehículo de este estilo, ¿o alguna vez lo fue?

Sin saltarse demasiado las líneas rectas y marcadas que caracterizan a Volkswagen podemos afirmar que lo único en común con su hermano mayor, el Tiguan, es la plataforma MQB de la que ambos parten. En este caso sus medidas son bastante contenidas y con 4,23 metros de largo por 1,82 m de ancho y 1,57 m de alto lo asemejan a su rival más directo, el Audi Q2. Las diferencias más palpables entre estos primos es el espacio interior pero antes hablemos de la superficie.

No es que los diseñadores de la marca alemana hayan dejado volar la imaginación en un lienzo en blanco pero cabe destacar el aspecto más juvenil y divertido del T-Roc, sobre todo visto su frontal. Lo más llamativo es la colocación de luces diurnas, separadas de los faros principales y las antiniebla. Este detalle, además de curioso, juega con la sensación de amplitud y altura del morro del T-Roc y le da un toque muy personal, algo difícil de encontrar en los modelos de todo el Grupo Volkswagen.

Su personalidad se difumina cuando pasamos a la vista lateral, donde se nota su consanguineidad con otras opciones del mercado. En la zaga la nervadura que recorre el portón trasero hasta unir los grupos ópticos, al menos visualmente, consigue no sólo hacerlo parecer más alto sino más ancho. Las posibilidades de personalización son varias y como dicta el mercado este B-SUV ofrece el techo bicolor (negro o blanco) pese a que nuestro modelo era completamente blanco (excepto por los bajos).

El interior consigue transmitir el espíritu juvenil de la carrocería al recubrir de color los plásticos duros, a mi parecer demasiados, del salpicadero. La presencia de materiales de peor calidad se justifica con el arsenal de sistemas de ayuda a la conducción y soluciones tecnológicas que ofrecen desde su modelo de acceso. En el caso del equipamiento Sport (la unidad probada) los asientos son de estilo más deportivo y llega de serie con cámara de visión trasera, Full LED, instrumentación Digital Cockpit de 11,7 pulgadas y el selector de modos off-road en el caso del 4MOTION. El espacio tanto para plazas delanteras como traseras es mejor que el de sus rivales mientras que su maletero se ve penalizado por la tracción total, pasando a 392 litros frente a los 445 litros del modelo estándar.

EQUILIBRADO

El Volkswagen T-Roc podría parecer poco emocionante a la hora de conducirse pero nada más lejos de la realidad. No estamos ante un deportivo, ni mucho menos, pero su comportamiento dinámico nos ha sorprendido y para bien gracias a su estabilidad y paso por curva. El modelo probado monta el bloque gasolina 1.5 TSI de 150 CV, más que suficiente para un conductor al uso e incluso para aquel que quiera pegar un “acelerón” de vez en cuando para adelantar sin problemas. Del cambio automático de siete velocidades DSG se han dicho todo cosas buenas y merecidas, su suavidad y rapidez son intachables y sólo se le puede achacar un consumo medio de 8,2 litros, algo elevado para la conducción que se realizó pero entendible si le sumas la tracción total.

Parte de la sorpresa al ver su consumo se debe a que su tracción total, un causante del aumento en muchos vehículos, no es permanente en este caso. El sistema 4MOTION actúa en función de la adherencia del T-Roc, repartiendo el par entre ambos ejes. Dicho cambio es imperceptible para el conductor y puede llegar a enviar toda la fuerza motriz a las ruedas posteriores si así lo requieren los cálculos. Gracias a este sistema la conducción es realmente fácil, tranquila y fiable. Como se suele decir, sobre raíles. Su chasis también resultó ser de lo más eficiente entre curvas pero la dirección, algo blanda y falsa para un tramo revirado no acabó de convencer. Eso sí, circular por las ajetreadas calles de Barcelona es cosa de niños gracias a su maniobrabilidad.

HASTA LOS TOPES

El Volkswagen T-Roc se ofrece en tres niveles de equipamiento (Advance, Advance Style y Sport). Al probar el más elevado nos encontramos con detalles de calidad y soluciones de confort que, como no puede ser de otro modo, hay que pagar. Su precio de 27.180 euros está entre los más elevados del segmento B-SUV, sólo superado por el Audi Q2. Eso sí, estamos ante un coche encantador por fuera y con muchos argumentos a la hora de conducirlo.