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Cinco consejos para que el frío no te empañe la vista

Repartir el aire de la calefacción homogéneamente en el interior del vehículo ayudará a que no se empañen los cristales.

Cristales empañados.

Cristales empañados. / SEAT

De la misma manera que los paisajes de nieve y hielo son típicos de los meses de invierno, también lo son las imágenes de los cristales empañados de nuestros coches. Ahora llegan los primeros síntomas del invierno y los cristales empañados pueden afectar a nuestra propia seguridad y a la de los demás usuarios de la vía. No está de más que sigamos algunos consejos que nos ayuden a ganar en confort y seguridad cuando circulamos en época de bajas temperaturas.

Acabar con el vaho. El fuerte contraste entre la baja temperatura exterior y una más alta dentro del vehículo provoca que se empañen los cristales. En este sentido, María García, ingeniera del departamento de Desarrollo y Aerodinámica de Seat, explica que "cuando nos encontramos en esta situación, debemos subir la temperatura del aire acondicionado al máximo y orientar los difusores hacia la luna y los cristales".

¿Abrigado al volante? Guantes, chaquetas, bufandas y gorros suelen convertirse en prendas que dificultan nuestra libertad de movimiento y, como consecuencia, comprometen la seguridad. "Los guantes son recomendables tan solo en casos excepcionales cuando las bajas temperaturas disminuyen la sensibilidad de las manos al volante", comenta la experta.

Asientos calefactables para aclimatarnos. Este tipo de asientos son la solución para entrar en calor en el menor tiempo posible, pues proporcionan calidez de manera uniforme en tan solo tres minutos. García añade que "debemos activarlos justo al subir al coche y regular su uso según nos vamos aclimatando, evitando utilizarlos de forma prolongada a alta temperatura".

La temperatura ideal para viajar. Son 21,5ºC y se le llama 'temperatura confort'. Con esta temperatura "se logra un reparto homogéneo: la mitad del aire caliente sale por los pies a unos 40º y se enfría cuando llega a la cabeza, para que nos mantengamos más despejados al volante", explica la ingeniera.

Calor sin costes adicionales. La calefacción no consume carburante ni agua extra. La explicación es que "el agua caliente del motor se usa para la climatización y vuelve al motor a una temperatura caliente, pero mucho más baja de lo que salió, por lo que en realidad se podría considerar que ayuda al radiador del motor", concluye la experta.