Héctor Santos: "¿Un deseo? Ser finalista en el Mundial de Doha"

A sus 21 años, Héctor Santos ha saltado 8,19 metros esta temporada

A sus 21 años, Héctor Santos ha saltado 8,19 metros esta temporada / DAVID RAMÍREZ

David Rubio

David Rubio

Esta temporada está resultando extraordinaria para Héctor Santos, un saltador madrileño afincado en Huelva desde su infancia que acaba de lograr la medalla de plata en el Europeo sub'23 de Gävle (Suecia).

<strong>Para ello tuvo que elevar su mejor marca personal hasta 8,19 metros</strong> cuando a comienzos del curso actual no había superado ninguna vez la barrera de los ocho metros... algo que logró tres veces en tierras escandinavas. Solo pudo con él un genio como el griego Miltiadis Tentoglou, vigente campeón continental absoluto.

Pese a que cumplió 21 años el Día de Reyes, el atleta azulgrana dio rienda suelta a su comedida ambición en una entrevista concedida a SPORT justo antes de iniciar una segunda pretemporada pensando en el Campeonato de España y, por qué no decirlo, en el Mundial de Doha.

Vaya añito está completando, Héctor...

Sí, un año muy bueno. He mejorado mucho en muchos aspectos del salto y también a nivel de fuerza y se está viendo reflejado en los resultados y sobre todo que lo estoy haciendo bien en los campeonatos importantes, que es de lo que se trata al final, de ser competitivo cuando te enfrentas a los mejores y por suerte se me están dando bien las competiciones.

¿Cuándo pensó realmente en los ocho metros como une meta?

Al principio de la temporada tenemos una charla con nuestro entrenador (Juan Carlos Álvarez) y nos pone un poco los objetivos de cada entrenamiento y también a nivel más global. Y como el año pasado me quedé tan cerca de los ocho metros, me dijo que había que saltarlos y quizá incluso hacer una marca mejor. Hablamos del Europeo sub'23 y me dijo, el Mundial de Doha, 8.17. Que estaba muy lejos, porque todavía no había pasado de ocho metros. Y ahora sí me fijo en la mínima para los Juegos de Tokio, que es 8,22, pero tampoco me obsesiona. Quiero 

¿Quién fue su primer referente?

El primero en el que me fijé es Eusebio Cáceres, en un campeonato de Europa sub'23 en el que consiguió el oro. Lo vi con mi padre y me gustó mucho. Y ahora atengo la suerte de poder entrenar con él en Madrid, aunque el referente que he tenido siempre es Iván Pedroso, que para mí es el mejor de la historia y he visto todos sus vídeos

Junto a la marchadora Laura García-Caro, es el gran referente del atletismo onubense. ¿Cómo lo lleva?

Es un orgullo que se me ponga un poco como referente de mi región, aunque hay otros deportistas mucho mejores como Carolina Marín o Laura García-Caro (marchadora). Para mí esto hace dos años era impensable y pensaba que ojalá pudiese emular a Laura, que había sido cuarta del mundo júnior. Y ahora verme en los periódicos es algo nuevo y me sorprende.

¿Cómo se encuentra en el Barça?

Pues estupendamente. Ya llevo cuatro años aquí y ojalá renueve, porque acabo contrato esta temporada. Después del Mundial juvenil me comentaron esta posibilidad y no me lo creía. ¿Cómo se iba a fijar el Barça en mí si tenían a Okutu? Era para ser el segundo saltador y ni me lo pensé. Dije, voy de cabeza. Además, el Barça de atletismo es una familia y te tratan muy bien a nivel personal.

El salto de longitud es el único que puede hacer cualquier persona, pero a estos niveles...

Es difícil, porque se trata de mejorar el conjunto de cosas que forman el salto, desde antes de la carrera hasta la caída. En cuanto fallas en algo, el salto ya es malo. Yo pongo la marca a nueve metros de la línea para los últimos cuatro apoyos y si paso a 8,75, ya voy corto. Después depende del tartán y del viento, que nos vuelve locos a los saltadores.

¿En qué ha mejorado realmente esta temporada?

Cuando fui con Juan Carlos a Madrid yo hacía extensión en el vuelo y vimos que la caída era mala, porque iba de boca en el aire. Caía casi de pié y perdía muchos centímetros. Este año cambiamos a la técnica del tres y medio y eso me permite equilibrarme más en el vuelo para caer mejor. Me costó pillarlo, pero ya lo voy asimilando y eso unido a la mejora en la velocidad de entrada... Yo diría esos dos factores, sin duda.

¿Hay margen de mejora?

Sí, sí. Yo creo que muchísimo, sobre todo en el tema de la fuerza. Yo entreno con Pablo Torrijos (triplista) y con Eusebio Cáceres, que me sacan un montón de kilos en las pesas. Si lo consigues transformar, cuanto más levantes tendrás más potencia. En pretemporada estás un poco más pesado y a medida que transcurre la temporada vas afinando.

¿Le da un poco de vértigo estar tan bien y que el Mundial sea tan tarde?

Bueno, yo pedí a mi entrenador hacer dos picos de forma. Para mí lo más importante era llegar bien al Europeo sub'23 y sacar medalla. Eso ya lo hemos conseguido. Ahora estaré dos semanas sin competir entrenando mucho, en agosto buscaré algún Mitin antes del Campeonato de España y después allí tendré que demostrar buen estado de forma para clasificarme para el Mundial.

¿Cuál es su próxima meta?

Mirando a Doha, tengo que ir paso a paso y lo primero es el Campeonato de España absoluto. Es verdad que antes está el Europeo de selecciones, pero aún no sé si iré yo o irá otro, Eusebio por ejemplo.

Tenía un año cuando Yago Lamela hizo historia en Maebashi con 8,56. ¿Qué supuso batir su récord del campeonato en el sub'23

A Yago lo conoce todo el mundo. Es verdad que antes del campeonato miré cuánto era el récord. Vi que eran 8,05 y le dije a mi entrenador, quiero quitarle el récord. ¡Menudo orgullo! Ha tenido una gran repercusión, porque lo tenía nada menos que Yago Lamela.

¿Otro objetivo es consolidarse por encima de los ocho metros?

Claro. Yo valoro mucho la regularidad. Cuando llegué a Madrid hice 7,96 y el año pasado no mejoré, pero saltaba muchas veces 7,70 o 7,80. La gente me decía que no mejoraba, pero yo les decía que sí, porque saltaba más de 7,70 en todas las competiciones. Fíjate, cuando llegué al Europeo solo había pasado dos veces de ocho metros y en un rato los superé tres veces. Cuando estás tan regular en una marca es cuando te pueden salir saltos largos.

¿Saltar 8,50 es una quimera?

Antes lo veía imposible y ahora lo veo lejos (sonríe), porque mejorar 31 centímetros es muchísimo. Con 8,19, pienso que si tengo el día puedo estar en 8,30. Me haría mucha ilusión romper esa barrera y no lo veo imposible. De hecho, en Gävle salté más de 8,30, pero se midió en 8,19 porque me dejé una cuarta en la tabla.

¿Le asusta un Mundial por la noche en pleno desierto?

Creo que la pista la van a poner a 23 ó 24 grados. Sabía que podía hacer la mínima (8,17), pero tampoco me he puesto a pensarlo. A ver, al final las condiciones van a ser las mismas para todos y la clave será aclimatarse mejor que los demás. Si me clasifico, las condiciones no tienen que ser un freno. Habrá que ir a tope.

Cuando vio a Ruth Beitia ganar el oro en Río, ¿imaginaba que tendría opciones de estar unos Juegos cuatro años después?

Todo el mundo me preguntaba por los Juegos y yo solo decía que ojalá, porque es el sueño de cualquier deportista. Es verdad que ahora lo veo y pienso, ojo que el sueño se puede convertir en realidad. Estoy a tres centímetros y me veo capaz de alcanzar los 8,22. Cuando descanse un poco y haga otra vez el pico de forma, a ver si hago la mínima este año y me quito ese peso para el que viene.

Pida un deseo para lo que queda de temporada.

Ser finalista en Doha.