Historia SPORT

Historia SPORT

El día que un imberbe Kipchoge hizo saltar la banca en París

El breve se cumplirán 20 años desde que el keniano se colgó un inesperado oro en 5.000 en el Mundial de 2003

Con tan solo 18 años, Eliud Kipchoge superó en una increíble recta final a los favoritos El Guerrouj y Bekele

Eliud Kipchoge dio la gran campanada en París 2003

Eliud Kipchoge dio la gran campanada en París 2003 / EFE

David Rubio

David Rubio

Cinco años después de que Francia conquistase el Mundial de Fútbol en 1998 tras derrotar a Brasil en la final por 3-0, el estadio de Saint - Denis acogió un excitante Mundial al aire libre de Atletismo en el que España conquistó cinco medallas: platas para el 'tramposo' Paquillo Fernández en 20 km marcha y para la también 'castigada' Marta Domínguez en 5.000 y bronces para Julio Rey en maratón, para Eliseo Martín en unos 3.000 metros obstáculos que rompió Luismi Martín Berlanas y para el malogrado Yago Lamela en longitud.

Uno de los grandes platos fuertes de la cita gala eran los 5.000 metros con la presencia de dos atletas geniales como el marroquí Hicham El Guerrouj (campeón en 1.500 metros con 3:31.74 el 27 de agosto con el catalán Reyes Estévez sexto) y el etíope Kenenisa Bekele, quien se había colgado el oro en los 10.000 metros el 24-A con 26:49.57 superando en la parilla de meta a su mítico compatriota Haile Gebrselassie por 120 centésimas.

El Guerrouj (29 años) se había entrenado 'por arriba', como suele decirse cuando un atleta acumula más kilómetros de trabajo con el objetivo de ser competitivo en pruebas más largas para optar al 'doblete', mientras que Bekele (21) partía como gran favorito al dominar mejor una prueba en la que al año siguiente estableció en la localidad neerlandesa de Hengelo un nuevo récord universal con unos estelares 12:37.35.

Además, la final de las 12 vueltas y media a la pista se disputó el domingo 31 de agosto en la última jornada de estos Mundiales de París y se esperaba un duelo como los que ofrecieron una década y media antes las germanas Sigrun Wodars y Christine Wachtel o los que protagonizarían años después las etíopes Tirunesh Dibaba y Meseret Defar.

En las semifinales que tuvieron lugar tres días antes de la final, Kenenisa Bekele se impuso en la primera con 13:38.03 por delante de un desconocido jovencito de 18 años llamado Eliud Kipochoge (13:38.73) con el genial conquense Juan Carlos de la Ossa sexto (13:42.23). Y en la segunda, Hicham El Guerrouj reservó fuerzas para terminar cuarto con 13:32.88 en una carrera que dominó el etíope Gebremariam (13:32.46).

El marroquí contaba ya en su vasto palmarés con cuatro oros universales en 1.500 tras el logrado en París y una plata en los Juegos de Sidney más otros tres oros en Mundiales bajo techo (dos en 1.500 y uno en 3.000). Por su parte, el etíope ya contaba con cuatro títulos de campeón mundial de cross (dos en la prueba corta y otros dos en la larga). Y el jovencísimo Kipchoge venía de lograr el título universal júnior en el Mundial de Cross de Lausana 2003.

Kipchoge impidió el 'doblete' de El Guerrouj... y el de Bekele

Kipchoge impidió el 'doblete' de El Guerrouj... y el de Bekele / EFE

La final fue muy rápida y los dos favoritos se marcaron en los puestos cabeceros desde el disparo inicial para evitar sustos y posibles caídas. A medida que pasaban los decibelios aumentaban en Saint-Denis y se hacía patente que pese a los tirones de Bekele, la mayor velocidad final de El Guerrouj debería acabar dándole el oro. Y todo estaba transcurriendo según lo esperado.

El marroquí era primero en el penúltimo paso por meta y tiró con violencia en la recta opuesta para tomar varios metros de ventaja y dirigirse en principio hacia la victoria... pero aquel chaval keniano de 18 años fue recortando esa desventaja y se abrió con descaro a la entrada en la recta final para superar a El Guerrouj y colgarse del cuello un metal dorado con el que nadie contaba. Se impuso con 12:52.79, cuatro centésimas menos que el marroquí y 33 menos que el abisinio.

Aquel 31 de agosto de 2003 empezó a forjarse en París el mito de un Eliud Kipchoge que ha hecho historia en todas las pruebas del fondo hasta coquetear con las dos horas en la maratón. Pocas veces puede ser más merecido un premio como el Princesa de Asturias de los Deportes que ha sido concedido al keniano.