¿Más allá de los números?

La victoria de Nole en Roland Garros le coloca como el más grande la historia

Superó a Nadal en su torneo fetiche tras vencer a Ruud en la final

Final de Roland Garros: Novak Djokovic - Casper Ruud

Final de Roland Garros: Novak Djokovic - Casper Ruud

SPORT.es

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Novak Djokovic alzó ayer al cielo de París un nuevo título en Roland Garros. Tras superar en tres sets a Casper Ruud, el serbio se hacía con un título muy especial, no en vano es su Grand Slam número 23.

Ello se sitúa como el jugador de la historia del tenis con más 'Grandes', pero ¿es Nole el más grande? Sin duda el debate está abierto, y con figuras como Nadal y Federer muy presentes en la retina de todos los aficionados y expertos.

En 'Puntodebreak', Carlos Navarro analiza la figura del tenista de Belgrado, señalando que "hemos escrito artículos homenaje de Novak Djokovic con excesiva abundancia. Es lo que tiene ganar tanto sin aburrirse en el proceso".

Añadé que "Nole se retroalimenta de cada gran evento. Sea ante Nadal, Medvedev, la presión de los jóvenes, el público, los comentarios de la gente, marcas inamovibles durante años o la llegada del último niño de oro, Carlos Alcaraz, Nole siempre encuentra una nueva motivación hacia el reto perpetuo de superarse a sí mismo. Quizás ésto solo sean constructos del público, que busca rivalidades y narrativas que atraigan a nuevos aficionados. Quizás Djokovic solo es Djokovic, un animal insaciable y voraz que explora un nuevo rincón de su mente en cada gran cita... sin importar quién esté enfrente".

Y es que, con 23 títulos ya en su haber, hablar de números es inevitable al analizar la figura de un deportista que, en los últimos años , ocupó más espacio en la prensa por razones ajenas a la raqueta, y que no es necesario recordar ahora. "Un conglomerado de cifras que aúpan a Novak a una nueva categoría, la del mejor jugador de la historia del tenis. Los titulares serán éstos, los argumentos en los debates por el GOAT virarán en esa dirección: nadie ha ganado más que él. Resulta contradictorio, pues, que lo último en lo que un servidor piense sea en los números. ¿Cómo?", indica 'puntodebreak'.

"Y ha sido aquí, sin embargo, el sitio en el que Novak encontró su plaza en la inmortalidad. No existe para él una cuadratura de círculo más perfecta. Es una representación de lo que ha sido la carrera de Novak Djokovic, una constante lucha contra: el reloj, las críticas, la prensa, las rivalidades históricas, las generaciones, los comentarios negativos, los renacimientos, la lesión más significativa de su carrera, los mandatos sanitarios, el lugar en el corazón de muchos. El 23 es mucho más que el propio 23. Un número no define la historia de vida que esconde el de Belgrado, villano perpetuo para muchos, malvado sin posibilidad de redención en el tiempo", escribe Navarro.

Desde sus orígenes en una Serbia azotada por la Guerra de los Balcanes, la figura de Djokovic ha sido controvertida. Con el amor incondicional de sus padres, Nole fue creciendo en el mundo del tenis hasta la cima.

"Una competitividad inhumana forjada con la fiereza de un lobo solitario. Un instinto de protección a ti mismo y a los tuyos que ha dado cobijo a una preparación medida al milímetro en cada posible aspecto. Un afán por no dejar que nadie proyecte una imagen diferente de ti: una demostración constante de que soñar alto y ser ti mismo te puede llevar a cualquier lado. Tras hacer historia, Djokovic se acordó en su discurso a pie de pista de los niños y sus sueños, con una sonrisa de oreja a oreja mientras miraba a Stefan; pocos minutos después, se acordó en rueda de prensa de su mentora, Jelena Gencic, que falleció hace 10 años en plena disputa de Roland Garros", escribe Navarro.

"Eso es Novak Djokovic: gratitud, humildad, confianza, ejemplo. No son 23, 388, 3, 94. Los números no reflejan la verdadera historia. ¿El mejor de la historia? Juzguen ustedes mismos. Hvala, Novak", concluye.