¿Fin de la historia?

Steve Kerr ha reconocido que el puñetazo que Draymond Green propinó a Jordan Poole afectó en el vestuario

Bob Myers, arquitecto de una platilla histórica, estaría muy cerca de abandonar equipo

Curry se lamenta tras perder el sexto partido ante los Kings

Curry se lamenta tras perder el sexto partido ante los Kings / EFE

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La bonita historia de los Golden State Warriors, ganadores de cuatro anillos en los últimos años (2015, 2017, 2018,2022), va camino de llegar a su fin. Al menos, las sensaciones no son las mejores tras caer eliminados en los playoffs de la NBA a mano de Los Angeles Lakers de Lebron James y Anthony Davis, quienes en la siguiente ronda fueron borrados del mapa, barridos, por los Denver Nuggets, primeros finalistas de la mejor liga de baloncesto del mundo. 

Nadie ha arrojado la toalla todavía, pero Draymond Green sigue sin renovar y recientemente el entrenador Steve Kerr, firme defensor de la renovación del ala-pívot, admitió que el incidente en forma de puñetazo entre el propio Green y Jordan Poole afectó dentro del vestuario.

“No podemos esconderlo, el incidente con Draymond y Jordan jugó un papel importante... se perdió mucha confianza”, comentó el técnico de los californianos. “Es complicado siempre que se rompe la confianza. Hay un proceso para intentar recuperarla, pero es algo que se nota dentro del vestuario”, reconoció Kerr. “Una de nuestras metas para estos meses es volver a recuperar esa confianza”, zanjó el que fuera compañero de Michael Jordan en los Bulls en la década de los 90.

Por otro lado, la más que posible salida del arquitecto de estos Golden State Warriors, Bob Myers, solo hace que -echar más que leña al fuego. El dirigente está siendo tentado por las grandes multinacionales estadounidenses, que le ofrecen un cheque en blanco, y su marcha supondría un golpe durísimo para la franquicia.