El Chelsea inició el divorcio del Real Madrid con su competición europea maldita

La Recopa es el único lunar europeo que tiene el Real Madrid y su próximo rival en la Champions es, en buena parte, culpable del divorcio merengue con su competición maldita, ésa que jamás ha ganado el equipo merengue. Mientras el Barça puede presumir de albergar en sus vitrinas cuatro títulos de Recopa, los blancos no lograron ganar ninguna de las cuatro ediciones que disputó en este torneo extinto en 1999 y que desde 1960 disputaron los campeones de Copa de cada país. Era el segundo peldaño europeo, por encima incluso de la Copa de la UEFA, actual Europa League.

El primer batacazo merengue en este torneo se produjo en 1971, cuando el próximo rival del Real Madrid en Champions tumbó a los merengues en la final en aquella su primera participación en la competición. Acostumbrado a ganar ligas, los blancos apenas tuvieron oportunidades de enrolarse en esta competición que era más puerta abierta para los equipos que no ganaban el torneo de la regularidad.

La final se disputó el 19 de mayo de 1971, el estadio Kariaskakis de El Pireo (Atenas), y albergó un Real Madrid-Chelsea entre el equipo liderado por un veterano Paco Gento, Amancio Amaro, Ignacio Zoco, Pirri o Ramón Grosso y entrenado por el mítico Miguel Muñoz. Era el equipo ocaso del que en 1966 había ganado la Sexta copa de Europa ante el Partizan De Belgrado. En frente, un Chelsea que no era un club referente de su país y buscaba su primer título europeo.

Ahora el panorama es distinto. El Chelsea ya tiene dos Champions en su vitrina y pese a que es un habitual de la máxima competición continental, para el duelo ante el Real Madrid, los blancos son muy favoritos. Según los pronósticos de Betfair, que el conjunto merengue logre el pase se paga a 1.47€ por euro apostado mientras que lo haga el Chelsea cotiza a 2.55€ por euro apostado. De haber mediado en 1971 los pronósticos de Betfair, seguramente las cuotas hubieran sido similares para el equipo español. Y sin embargo, ganó el inglés.

Derrotados en el desempate

En principio, el Real Madrid era favorito en esta final, pero fue el Chelsea quien se adelantó en el marcador gracias a un tanto de Peter Oswood en el minuto 56. Lo que también tenía ya el equipo blanco en aquella época era su vínculo con las remontadas: Ignacio Zoco igualó la final en el último segundo del minuto 90.

Pero entonces el fútbol no tenía prórroga y ni mucho menos tanda de penaltis. Se tenía que jugar un partido de desempate dos días después. Y así fue, pero en esta segunda ronda forzada el Chelsea amarró una buena ventaja antes del descanso con los tantos de Peter Webb y Oswood. Los blancos reaccionaron con un tanto de Fleitas en la recta final, pero no fue suficiente y el Real Madrid perdió la primera de las dos finales que disputó. En 1983 el Real Madrid también jugó la final ante el Aberdeen escocés. Para entonces, sí había prórrogas y fue precisamente en el tiempo extra donde los blancos sucumbieron. Además, el Real Madrid ha participado en dos Recopas más: en 1975 lo eliminó el Estrella Roja de Belgrado y en 1994 lo eliminó el París Saint Germain de Weah.

Como curiosidad, el Real Madrid tiene el privilegio de ser el único equipo que ha visto a su filial participar en una competición continental. Y fue la Recopa. En 1980, Castilla y Real Madrid se vieron las caras en la final de Copa. Entonces los equipos satélite sí podían participar en estos torneos. Como el Real Madrid ganó aquella Liga, el filial, que cayó ante los mayores en el Bernabéu, fue invitado como representante español de la temporada 80-81. Cayó en dieciseisavos de final ante el West Ham. Sucedió en la prórroga disputada en Inglaterra.

La Supercopa de 1998

Décadas más tarde de la Recopa de 1971, el Chelsea volvió a ganar ese título (3-2 ante el Vicenza italiano, en 1998) y meses después volvió a medirse al Real Madrid en la final de la Supercopa de Europa en Mónaco. Casualmente otro título que los blancos todavía no habían tenido ocasión de ganar y por el que tuvieron que esperar a 2002 para levantarlo. El Chelsea, otra vez, ganó una final a los blancos gracias a un solitario tanto del exjugador del Zaragoza, Gustavo Poyet en 1998.

Los aficionados del Chelsea quieren volver a aquel 22 de mayo de 1971 o aquella final noventera donde se echaron a las calles de este barrio londinense para celebrar su mayor conquista hasta entonces. Empezaron a construir lentamente su grandeza, aunque pasaron tres décadas más y la contribución del dinero de Abramovich para acabar de tenerla con más títulos y, de paso, poder ser uno de los miembros fundadores de esa exclusiva y fallida competición privada europea.

Tercera consecutiva

El Real Madrid y el Chelsea se enfrentarán en los octavos de final de la Liga de Campeones por tercera temporada consecutiva. El conjunto inglés se impuso en semifinales en la 2020-21 y se proclamó campeón esa misma campaña mientras que el conjunto español hizo lo mismo en cuartos de final de la 2021-22 y también se proclamó campeón esa misma temporada.

Las cicatrices del Chelsea son profundas. El devastador legado de Graham Potter no se cura en dos días. Es el tiempo que transcurrió el equipo en manos de su nuevo entrenador, Frank Lampard, antes de viajar a Wolverhampton a jugar su partido de Premier, el pasado sábado. Perdió 1-0. Un disparo desde fuera del área de Matheus Luiz, pudo irse arriba o pegar en el palo, pero se metió por la escuadra.

La mala suerte se mezcla con la pésima gestión en un club agobiado por el pesimismo. Los miembros más veteranos de la junta directiva creen que el Madrid los eliminará de la Champions en la ronda de cuartos que les espera en breve. “Somos como el Anzhi de Majachkalá”, bromean; “tenemos grandes jugadores, pero nos falta equipo”.