Se han encendido las luces de alarma

En el Madrid preocupa Cristiano Ronaldo

Cristiano Ronaldo sufrió una misteriosa lesión el 23 de noviembre. Desde entonces algo ha cambiado

SPORT.es

Algo le pasa a Cristiano Ronaldo. El extremo portugués no está fino y su rendimiento se está resintiendo en los últimos encuentros. Desde que reapareció el pasado 10 de diciembre de la misteriosa lesión en el muslo izquierdo que sufrió el 23 de noviembre contra el Almería, su nivel ha estado muy por debajo de las expectativas habituales. En el club madridista ya empiezan a estar preocupados e incluso ya hay quien teme que Cristiano ya ha empezado una particular pretemporada enfocada a llegar en plenitud de condiciones al Mundial de Brasil del próximo verano.

La estrella madridista no ha vuelto a ser el mismo desde que se lesionó en Almería. La prueba más evidente es la alarmante falta de acierto que exhibió el pasado jueves ante Osasuna. Ha perdido pegada y en los últimos partidos se ha limitado a verlas venir y a enchufar las ocasiones que se le presentaban. Sucedió contra el Copenhague, donde sólo tuvo que empujar al fondo de la portería una asistencia de Pepe, ante el Valencia, cuando volvió a mojar tras cabecear solo ante Guaita un preciso centro de Di María, y frente al Celta, partido en el que protagonizó un doblete sin apenas dificultades –sólo tuvo que empujar el balón a puerta vacía en el primer tanto y el segundo llegó en un remate a bocajarro tras un centro de Bale–.

En cambio, en los cinco partidos que ha disputado desde el pasado 10 de diciembre, el rendimiento del portugués ha sido muy inferior a lo acostumbrado. Frente al Copenhague desperdició un penalti por su chulería de querer lanzarlo a lo Panenka y frente a Osasuna falló dos ocasiones clamorosas ante el meta Riesgo y evitó involuntariamente que Bale marcara el 3-0 al desviar con su cuerpo un lanzamiento del galés con el meta osasunista fuera de la portería. Su partido fue una sucesión de despropósitos que sólo maquilló en parte gracias a su asistencia a Jesé en el 2-0 definitivo.

El extremo portugués anda despistado en los últimos partidos. No ha exhibido el instinto asesino que le permitió recuperar terreno con el blaugrana Leo Messi y el francés Franck Ribéry en la carrera por el Balón de Oro. Su actitud en estos últimos partidos ha sido diferente. Incluso en alguna ocasión se ha mostrado apático y ha participado muy poco del juego. Otras veces ha estado fallón y desafortunado. Sin chispa, parece que se está reservando para futuros compromisos. Sin apenas tensión, su imagen ha sido vulgar y ha quedado muy lejos de la que mostró en la primera fase de la temporada, en la que su rendimiento fue excelente.

Pocos piensan que su rendimiento se haya visto afectado por aquella lesión. La realidad es que desde que dio por concluida su particular campaña de promoción por el Balón de Oro, el rendimiento de Cristiano Ronaldo no ha sido el mismo. Puede que piense que ya lo tiene en el saco. De hecho, según se supo ayer, el delantero madridista tiene previsto acudir el próximo lunes a Zúrich a la gala de la FIFA acompañado por toda su familia. La delegación de los Dos Santos Aveiro estará formada por la madre, los hermanos y la novia del jugador. Todos estarán junto al crack para festejar –eso es lo que dan por hecho– la conquista por segunda vez del Balón de Oro, la gran obsesión del portugués desde que Messi se cruzó en su camino.

La otra explicación a esta bajada de rendimiento tan evidente puede estar en el Mundial del próximo verano. Cristiano Ronaldo es consciente de que ahora el equipo no le necesita a su mejor nivel y al lesionarse el pasado mes de noviembre debió llegar a la conclusión de que lo mejor era no forzar la máquina para no comprometer sus opciones de hacer un gran Mundial y consagrarse en Brasil como la gran estrella planetaria que aspira a ser.

Ayer mismo, recibió una buena noticia al saber que ha sido nombrado mejor jugador del mundo por el diario argelino ‘Le Buteur’ tras una votación en la que participaron un centenar de medios árabes.