Madrid-Sevilla-Barça: ¡Hay Liga!

Lo decíamos ayer después del Barça-Las Palmas. Escrito está. No hay mal, ni bien tampoco, que cien años dure. Tarde o temprano las rachas, tanto las positivas como las negativas, se acaban. En un mundo de mortales, nada es eterno. Afortunadamente...

El portentoso registro del Real Madrid, cuarenta encuentros sin conocer la derrota, acabó anoche en un Sánchez Pizjuán que vivió el duelo ante los blancos como si fuera el partido más importante de su historia. Así lo pareció a tenor de la reacción de jugadores y público cuando Jovetic batió a un descolocado Keylor Navas.

Solamente así se entiende la pasión, presión e intensidad con la que se vivió el choque, tanto en las gradas como en el campo. Todo un derroche de adrenalina.

Al partido no solamente se presentaron Sevilla y Real Madrid. También hizo acto de presencia el Barça. Por obligación e interés propio, porque sus aspiraciones de reeditar el título de Liga pasaban, si bien en una porción pequeña, por lo que aconteciera a orillas del Nervión. Es lo que tienen los vasos comunicantes entre ambos conjuntos. Lo que es bueno para uno, es malo para el otro. Y viceversa.

Un triunfo anoche del Real Madrid en Sevilla hubiera colocado a los blancos a cinco puntos virtuales del Barça, con la posibilidad de ser ocho si el 22 de febrero derrota al Valencia en el encuentro que está aplazado. 

Es decir, aún con toda la segunda vuelta para ser jugada, el panorama no era nada halagüeño para los intereses azulgranas.

Propia medicina

Faltaban cinco minutos, solo cinco, para concluir la contienda y el Sevilla estaba derrotado... y el Barça también. Y de repente, porque el fútbol, tarde o temprano, también te da lo que te quita, sucedió lo que nadie se imaginaba.

Sí. Golazo en propia puerta de Sergio Ramos, precisamente él, y empate. El destino tiene ironías que ni el más avezado guionista sería capaz de imaginar. Él, especialista en darle vida al Real Madrid cuando está moribundo, le asestó una puñalada dolorosa a su propio equipo.

Incluso ese empate era magnífico para los intereses del Barça. Pero hete aquí que aún no estaba todo escrito en el Pizjoan. Faltaba el punto y final. Un punto y final que escribió Jovetic con un soberbio zapatazo que retrató a Keylor Navas, pésimamente colocado en el área pequeña .Gol de Jovetic, gol del Sevilla y, también, gol del Barça. Miren por donde, el Real Madrid acabó probando su propia medicina, esa que le ha permitido ganar partidos y títulos cuando parecía sentenciado a la derrota.

Anoche el barcelonismo se fue a dormir un poco más feliz y con más esperanzas que nunca en su equipo, porque lo que parecía ya imposible, de golpe, en el añadido, vuelve a ser factible.

Lo ocurrido en Sevilla pone de manifiesto que, además de que el cuadro andaluz se coloca segundo a un solo punto del Madrid, las opciones del Barça en la Liga siguen intactas. Hoy está mejor que ayer. Una  gran noticia.

Y debe ser ese espíritu positivo el que ha de imperar a partir de ahora en el Camp Nou, regocijado por el brillante triunfo ante el Las Palmas el sábado pasado.

La hora del Barça

Una situación perfecta para volver a creer en sí mismos e intentar no cometer más errores de ahora en adelante. De todos modos, aún queda mucha tela que cortar y de la misma forma que el Madrid ha estado cuarenta partidos sin perder, ¿por qué no puede hacer lo mismo el Barça? O más aún, ¿por qué no puede revertirse la situación y pasar el Madrid una mala racha? Todo es posible...

Ocurra lo que ocurra, la obligación del equipo de Luis Enrique es estar atento al próximo tropiezo blanco para intentar aprovecharlo. Sin olvidarse que en la pista de baile se ha presentado  otra pareja, el Sevilla, que se ha sumado a la lucha por el título por méritos propios.

Y por cierto, ahí donde el Madrid no ha podido continuar con su racha triunfal, en Sevilla, el  Barça fue capaz de ganar dándole la vuelta a un marcador adverso y firmando la mejor segunda parte de la temporada. ¿Brotes verdes? Sí, la Liga sigue siendo una clara opción...