El Barça perdió su buen balance defensivo en París

Los cinco errores que debe corregir el Barça

Luis Enrique asumió que el Barça cayó ante el PSG por sus errores y ya 'procesa los datos' para seguir su proyecto, aún en construcción

Ter Stegen encaja el gol de Verratti en presencia de Rakitic

Ter Stegen encaja el gol de Verratti en presencia de Rakitic / sport

JUAN MANUEL DÍAZ

El duelo de la Champions frente al PSG era el primer 'test de estres' para el Barça 2014-15 que está forjando Luis Enrique Martínez. Y los blaugrana no superaron la prueba por la solidezx del rival, pero también por la inesperada fragilidad que demostraron como colectivo.

Tras 90 intensos minutos sobre el Parque de los Príncipes, técnico y jugadores reconocieron que habían sido los errores propios los que habían condicionado el transcurso del duelo. "Fuimos siempre a remolque", resumía Luis Enrique, normalmente parco a la hora de dar explicaciones tácticas.

Las sensaciones que dejó el Barça frente al PSG fueron contradictorias; el talento individual en ataque funcionó y, aunque fuera de manera discontinua, dio sus frutos. El Barça marcó dos goles en dos apariciones de sus cracks, pero además generó incluso más ocasiones que su rival (14, por 12 del PSG), aunque, eso sí, solo dos bien dirigidas, las de los tantos de Messi y Neymar.

De hecho, en términos ofensivos, el Barça estuvo al nivel de lo que es habitual en él en este arranque de campaña, pues se trata de un equipo diseñado para atacar: frente al APOEL Nicosia fabricó 17 ocasiones de gol, 6 dirigidas entre los tres palos y una con la recompensa del gol (Piqué, 28').

También en la Liga el Barça mantiene unos promedios similares en ataque: 17 goles en seis encuentros, con 94 intentos sobre la meta rival (unos 15 por partido) y 45 disparos dirigidos a puerta (algo más de 7 por encuentro).

EL EQUILIBRIO DEFENSIVO

Es evidente que Luis Enrique deberá rectificar detalles en el sistema defensivo pues es donde el equipo dejó en evidencias más carencias.

La coordinación a la hora de presionar al rival cuando salía con el balón no fue la de otras ocasiones ni la pudo desarrollar sobre los defensas contrarios (la famosa 'presión alta'). Además, tampoco tuvo la intensidad defensiva para cortar el juego directo del PSG cuando el conjunto galo robaba el esférico en zonas peligrosas. 

El Barça no consiguió manejar la superior posesión del balón (40-60%) en su favor para llevar el juego al campo del rival de manera regular. Al convertirse en un duelo de ida y vuelta, erl Barça separó demasiado sus líneas con lo que la intensidad de la presión fue menor y su efectividad, escasa.  

<strong>Los laterales (Alves y Alba)</strong> perdieron casi todos sus duelos con sus pares (Lucas Moura, Pastore) especialmente en el primer tiempo, lo que les impidió tener más presencia en el ataque. Especialmente sangrantes fueron sus pérdidas debalón (Alves 15, Alba 8). Es cierto que de las botas de Alves nació la jugada del tanto de Messi, pero igualmente el brasileño concedió la falta lateral del primero del PSG (Verratti) y llegó tarde para cerrar el remate de Matuidi en el tercero. El balance de Jordi no fue mejor.

También Busquets, un futbolista habitualmente muy seguro a la hora de iniciar la salida del balón y fundamental en las ayudas a los centrales, tuvo algunas pérdidas de balón cuando el equipo estaba desplegándose. Esto hizo que los centrales se tuvieran que multiplicar en sus salidas al corte y perdieran reiteradamente su posición, quedando expuestos a numerosos uno contra uno con Cavani .

- Las jugadas a balón parado, un mal endémico del equipo que parecía en vías de solución, volvieron a penalizar al Barça. El primer gol llega en un balón colgado al área en el que Mascherano no puede frenar a David Luiz. El segundo se genera en un córner en el que Ter Stegen no calcula bien los tiempos y se queda a media salida; pero Verratti, un futbolista de 1,65 metros, remata de cabeza en el segundo palo sin que Rakitic le mostrara oposición. 

Por tanto, no se trata de un asunto exclusivo del portero, o de los errores puntuales de un lateral o un centrocampista que falla en una jugada puntual, sino del balance defensivo global del equipo. Detalles que decantan la balanza cuando se miden dos grandes equipos. <strong>Detalles que a buen seguro Luis Enrique y sus jugadores ya han procesado</strong> y a los que buscan solución para acabar de armar un equipo plenamente competitivo de cara a la fase decisiva de la temporada, a partir de marzo del 2015.