Un Barça Lassa en cuadro le da una lección al Real Madrid

El Barça Lassa apeló a la épica y el orgullo para ganar el Clásico del baloncesto español. Con sólo ocho jugadores del primer equipo en la rotación por la plaga de lesiones, el conjunto azulgrana tumbó al Real Madrid, invicto hasta este domingo en la Liga Endesa. Georgios Bartzokas supo optimizar perfectamente sus recursos y le ganó la mano a Pablo Laso que fue siempre tácticamente a remolque. Todo un espaldarazo para el Barça en un momento delicado por la maldición de las lesiones.

ROTACIÓN REDUCIDA

Georgios Bartzokas lo tenía claro antes de empezar el encuentro. Con una rotación reducida a ocho jugadores del primer equipo por mor de las lesiones diseñó un guión de partido muy claro. Ataques largos, minimizando las pérdidas de balón. Y si eso lo reflejas, además, anotando con seguridad, el Madrid tiene un problema. Porque a los blancos les encanta poner la directa, correr en campo abierto y destrozar al rival a base de triples. Si el contrario les obliga a jugar en estático cinco contra cinco comienzan los problemas.

El Barça tomó el mando de las operaciones desde un 3-0 inicial (Eriksson). A partir de aquí fue jugando tal y como le perdía su técnico, el conjunto azulgrana se hizo con el ritmo del encuentro sin que el Madrid lograra llevar el duelo al terreno que le gusta. Los blancos vivieron de la inspiración invidual, mientras Laso iba lanzando jguadores a la pista...cosa que Bartzokas no podía hacer.

Y en este escenario, bajo la batuta de Rice -Peno le dio algunos minutos de descanso- y con un Tomic inconmensurable (14 puntos, 7 rebotes y 4 asistencias en los primeros 20 minutos) el Barça fue abriendo brecha ante un Madrid monocorde.En el Barça, cada uno desde su parcela, sumaba en las dos mitades de la pista y quizá el único elemento que chirriaba fue un descentrado Dorsey que volvió a ganarse una técnica. Y aún así no fue de extrañar que las diferencias se fueran ampliando hasta llegar a su cenit con un +16 (47-31) que se repetiría al descanso (49-33).

DOMINIO BLAUGRANA

El partido era claramente de color azulgrana. La incógnita radicaba en si en los segundos veinte minutos, el cansancio no haría mella en el limitado elenco de Bartzokas ante un Madrid poblado de elementos y que saldría con el motor a plenas revoluciones en el segundo tiempo. El Barça tendría que estar muy atento.

Como era de preveer, el Madrid subió las líneas en defensa para intentar cortocircuitar al Barça. y no lo consdiguió en el tercer cuarto por que los azulgrana siguieron llevando el ritmo del partido. Bartzokas le ganaba la partida de ajedrez claramente a Laso y en su equipo todos sumaban. A Tomic (19 puntos y 7 rebotes) se le añadieron un gran Perperoglou (18), Rice (15), Oleson (11) y Vezenkov (9 y 5 rebotes).

El Madrid se veía incapaz de desentrañar el duelo y ya dentro del último cuarto vio como el Barça se iba hasta un  74-55. Y Laso decidió quemar las naves. Sentó a los Llull, Rudy y Reyes y apostó por efectivos de la segunda unidad como Draper y Hunter. Y con todo perdido, el conjunto blanco se fue hacia arriba y recortó sus diferencias hasta colocarse a 8 puntos (76-68).

Pero el Barça no estaba dispuesto a tirar por la borda todo el trabajo realizado y supo reconducir el duelo para acabar ganando, entre el alborozo del Palau, con todo merecimiento con 'pique' final incluido de Nocioni con Rice, que acabó con el argentino descalificado. La salsa de un Clásico que fue azulgrana.