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Añade fibra y nutrientes a tu dieta con las cáscaras de frutas y verduras

por qué comer cascaras de fruta

Ya sabes lo que hay que hacer: lavarse las manos, cortar la fruta y empezar a pelarla. Pero, ¿y si te dijéramos que te estás perdiendo algunos beneficios importantes para la salud por tirar esas cáscaras? Sigue leyendo para saber más sobre el poder oculto de las cáscaras de frutas y verduras y por qué deberías empezar a comerlas.

Por todos es conocida la importancia de comer frutas y verduras. Hasta aquí nada nuevo. Aportan vitaminas, minerales y antioxidantes esenciales que el cuerpo necesita para funcionar correctamente. También son bajas en calorías y altas en fibra, lo que las convierte en una gran opción para las personas que están tratando de llevar una vida saludable, perder peso, así como reducir el riesgo de desarrollar determinadas patologías crónicas.

Qué son las cáscaras y cuál es su función

La composición de las pieles de las frutas varía en función del tipo, la estructura y las necesidades de protección. En particular, los epicarpios, ese es su nombre técnico, están diseñados para ser lo suficientemente duraderos como para mantener a los parásitos alejados de su preciada carga de semillas: ¡el núcleo comestible más interno que todos queremos! Desde las drupas y las bayas, pasando por las Manzanas de las hespérides, hasta las frutas más exóticas con formas únicas; la capa externa de cada una de ellas tiene un propósito distinto para salvaguardar su contenido interior.

Las cáscaras de las frutas son increíblemente complejas, compuestas por moléculas que se descomponen lentamente y altamente resistentes. Fibras alimentarias como la celulosa y la lignina, lípidos como los fitoesteroles, proteínas, partículas de azúcar… todos estos componentes las convierten en una fuente de protección contra los rigores de la naturaleza.

El recubrimiento de la fruta también ayuda a protegerla contra el moho en regiones demasiado húmedas. Pero no sólo tiene una misión defensiva; su composición mantiene los niveles de hidratación para ayudar a la maduración y el sabor del interior, ¡todo ello hace que las frutas sean un regalo de la naturaleza!

Composición y propiedades de las cáscaras

La cáscara está compuesta principalmente por fibras y en menor medida por pruina. A menudo estas fibras son una fuente de nutrición increíblemente importante, aunque algunas de ellas no sean solubles, si bien algunos animales y microorganismos pueden descomponerlas para obtener energía de ellas, nosotros carecemos de ciertas enzimas en nuestra saliva, páncreas e intestinos que nos permitan hacerlo.

La fibra dietética o alimentaria es esencial para un cuerpo sano. Nos ayuda a mantener la regularidad intestinal, regula los niveles de azúcar en la sangre y también puede reducir el riesgo de enfermedades cardíacas (disminuye los niveles de colesterol) y otras afecciones crónicas. Además, es importante para mantener un peso saludable porque nos ayuda a sentirnos llenos después de comer.

Por otro lado, suele ser rica en antioxidantes, que son sustancias que ayudan a proteger el organismo contra los daños causados por la oxidación. Algunos de los antioxidantes más comunes que se encuentran en la piel de las frutas y verduras son las vitaminas C y E, el betacaroteno y el licopeno.

Cuando comer y no comer la cáscara de la fruta

Las cáscaras están llenas de beneficios para la salud, pero nadie quiere comerlas…

Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), no hay ninguna diferencia sanitaria entre comer las frutas peladas o con piel. Aun así, existen algunos casos en los que no es aconsejable comerlas con su cáscara. Bien porque su sabor es desagradable o porque comerla “sucia” puede ser un riesgo para la salud debido a su capacidad para absorber contaminantes e impurezas. Bacterias, mohos, contaminantes procedentes de fuentes atmosféricas o del agua de riego, así como pesticidas, son algunos de los peligros potenciales que acechan en la superficie de las frutas que comemos a diario.

Para ello resulta imprescindible lavar a conciencia la fruta y verdura con agua e informarse sobre si la cáscara o piel es o no comestible, especialmente en productos exóticos.

Entre las cáscaras comúnmente aceptadas, y altamente recomendadas para su consumo por la infinidad de propiedades, tenemos: manzanas, peras, ciruelas, tomates, melocotón, caqui, patatas, calabacín, zanahorias, pepino, ajo, etc.  En este selecto grupo, también se podemos incluir el: plátano,  mandarina, limón, naranja, incluso el melón, sandía, piña o el kiwi aunque la experiencia culinaria no sea para recordar.

Como alternativa, se pueden degustar mediante infusiones, caldos, o añadiéndolas en batidos.

Repelente de plagas

Si todavía no te has convencido, debes saber, lo creas o no, que muchas cáscaras de fruta también pueden utilizarse como repelentes de plagas. Las cáscaras de cítricos son especialmente efectivas para disuadir a las hormigas, mientras que las cáscaras de plátano pueden ayudar a mantener las babosas y los pulgones lejos de tus plantas. Si buscas una forma natural de mantener las plagas alejadas de tu casa o jardín o buscas un abono orgánico, prueba a utilizar cáscaras de fruta en lugar de productos químicos agresivos.

La próxima vez que vayas a lavar y cortar alguna fruta, ¡no tires las cáscaras! El consumo de cáscaras de fruta aporta numerosos beneficios para la salud, como vitaminas y minerales adicionales, una mejor salud intestinal (e incluso control de plagas). Así que adelante, añade esas cáscaras a tus batidos o sopas o cómetelas directamente: tu cuerpo te lo agradecerá.


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