Se han secado ya las lágrimas de aquel 25 de abril de 2006. El tiempo, que lo cura todo, ha permitido al Villarreal y su afición olvidar la eliminación en las semifinales de la Champions League a manos del Arsenal de Arsène Wenger. Y el maldito penalti fallado por Riquelme que hubiera llevado la eliminatoria a la prórroga y quién sabe después lo que hubiera ocurrido.

El Villarreal se cita con su historia más negra (leer noticia)