No tenía que pasar, pero pasó. El Girona es virtualmente equipo de Segunda División. Corazón roto. Se pudo observar en las lágrimas del capitán Granell. En el abrazo con Pere Pons. Dos gerundenses que han sufrido sangre para ascender, y que ahora, han visto como el sueño de Primera se ha convertido en una pesadilla.

La triste carta de Pere Pons (leer noticia)