“Era difícil imaginar cuando me borré de Brisbane que estaría en la final”. El propio Rafa Nadal advirtió antes de vérselas con Novak Djokovic que estar a un paso de lograr su segundo Open de Australia era cuanto menos impensable tras cuatro meses sin competir. Pero quizás no le tomamos en serio por todo lo que siempre nos ha demostrado y con el nivel exhibido a lo largo de las últimas dos semanas. Por eso se esperaba una de las finales más igualadas de la historia entre el serbio y él, aunque la realidad fue todo lo contrario.

Un intratable Djokovic arrasa a Nadal y suma su séptimo Open Australia (leer noticia)