Un intratable Djokovic arrasa a Nadal y suma su séptimo Open Australia

Así ganó Djokovic el punto final

 El serbio arrasó a un Nadal desconocido, que lo intentó pero se vio superado en todo momento / Perform

Roger Payró

“Era difícil imaginar cuando me borré de Brisbane que estaría en la final”. El propio Rafa Nadal advirtió antes de vérselas con Novak Djokovic que estar a un paso de lograr su segundo Open de Australia era cuanto menos impensable tras cuatro meses sin competir. Pero quizás no le tomamos en serio por todo lo que siempre nos ha demostrado y con el nivel exhibido a lo largo de las últimas dos semanas. Por eso se esperaba una de las finales más igualadas de la historia entre el serbio y él, aunque la realidad fue todo lo contrario.

Djokovic no solo constató que ha vuelto a su nivel sino que está mostrando una versión mejorada y, con un clínic tenístico, arrasó a un desconocido Nadal (6-3, 6-2 y 6-3) en dos horas y ocho minutos de juego. Séptimo Open Australia para Djokovic, que con este desempató con los seis que ostentan Roger Federer y Roy Emerson y se convirtió en el rey en Melbourne Park.

El inicio de ‘Nole’ fue fulgurante. El de Belgrado llevó la iniciativa y a las primeras de cambio rompió el saque a un Nadal que entró muy frío al partido. Parecía que solo era un mal inicio, pero desgraciadamente esa fue la tónica durante todo el encuentro. El ritmo de Novak sobrepasaba al balear, que sumaba sus puntos al saque sufriendo mientras que el serbio se apuntó los cuatro primeros a su servicio en blanco. Nadal fue de menos a más pero no pudo arreglarlo en la primera manga, marcada por la intensidad de piernas que exigió el número uno desde el principio y que fue un avance de lo que sería el resto de final.

Djokovic se llevó el primer set sin despeinarse y con la sensación de que dominaba a su antojo el partido. Solo cedió un punto a su servicio. En todos sus precedentes, solo en tres de ellos Rafa le remontó a Novak un partido que había empezado perdiendo el primer set. No llegó la cuarta en Australia.

Rafa parecía que empezaba algo mejor la segunda manga, pero fue un espejismo. Volvió a encajar otro juego en blanco y en el siguiente a su servició volvió a ver como el pupilo de Marian Vajda sumó otra rotura. El manacorí buscó el contrabreak y fue la primera vez que estuvo cerca de lograrlo. Llegó a forzar el ‘deuce’ en dos ocasiones y obligó a Novak a tener que ponerse en serio si no quería dejarle la posibilidad de revivir a un Nadal que deambulaba por el cemento pero al que nunca puedes dar por muerto. Sin embargo, el serbio tiró de oficio y acabó confirmando la ruptura.

Un Nadal perdido

Esta oportunidad que se desvaneció pesó como una losa en la mente de Rafa, ya de por sí mermada ante la impotencia que sufría por no poder mejorar su actuación y volvió a perder su servicio en el siguiente juego y luego ‘Nole’ cerró la manga con otro juego en blanco y tres saques directos. El serbio minimizó por completo al español y parecía jugar con una suma facilidad que dejó atónitos a todos los presentes en la Rod Laver Arena, que esperaban un resurgir de Rafa que nunca llegó.

El guión del tercer set fue muy parecido al anterior. Nadal sacó adelante su primer servicio con dificultad, pero en el segundo volvió a ceder ante un Djokovic inconmensurable que seguía intachable y que no perdonaba una oportunidad para hacer daño al balear. Le salía todo, ya no solo su famoso revés sino que se tomó la licencia de clavarle más de un paralelo ganador a un Rafa que seguía sin encontrarse. Y ya no lo iba a hacer.

La tercera manga fue la más larga fruto de pequeños destellos que mostraba el manacorí, pero esta vez no hubo rastro de la garra que le caracteriza siempre. En el sexto juego, Nadal disfrutó de su única opción de break en todo el partido y que podía ser un último tren a no dar por perdido el partido, pero Djokovic, que no entiende qué es la presión, se lo negó. El serbio rubricó su exhibición rompiéndole el saque a Rafa de nuevo para ganar el partido. Se le escapó el revés en el primer punto de campeonato pero una bola de Nadal que se quedó en la red le permitió levantar su séptimo Open Australia.

Este derrota deja un sabor amargo para el tenista español, que aspiraba a convertirse en el primero en la Era Open (desde 1968) en conseguir ganar al menos dos veces todos los Grand Slam. El título en Melbourne se le resiste desde el 2009 y con el de este domingo ya son cuatro las finales que Rafa Nadal ha perdido en Melbourne Park.