Tristeza y rabia entre la plantilla después de cómo fue el desenlace del partido en Montilivi. Un encuentro en el que ganaban 1-2, en el que cuajaron una primera hora bastante buena, de dominio, pero en el que el castillo de naipes cayó en picado, en saco roto. El Girona se rehizo y aprovechó las, una vez más, debilidades defensivas del cuadro azulgrana para 'ajusticiarlo'.

El cabreo de Lamine Yamal en Montilivi (leer noticia)