Madrid encumbra a Roglic, el campeón más privado

Roglic, el esloveno que hace historia

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Sebastián Vargas Rozo

Primoz Roglic poco le importa parecer simpático con los medios. Es privado: sus sonrisas las guarda para el interior, como lo dijo tras coronarse campeón. Quizá sea por la molesta que le genere saber que en tantos años de ostracismo nadie le reconoció y ahora, de la noche a la mañana, es el más solicitado.

Es el mismo que creció en un pueblo minero de Yugoslavia con el sueño de ser saltador de esquí. El mismo que casi no la cuenta cuando se estampó de pleno contra la helada pista en una competencia de 2007. Contusiones cerebrales y fracturas varias le hicieron replantearse su carrera. En 2012 dio el salto a las ruedas y desde ahí no paró. Un ‘rookie’ con meteórico ascenso en su nivel hasta llegar a ser el máximo favorito de las ‘grandes’. 

En el Giro se le atravesó Richard Carapaz y en La Vuelta los sudamericanos seguían acechando. El maillot rojo pasaba de torso en torso y el dúo colombiano Nairo-’Superman’ querían birlarle el premio. Una caída llegando a Toledo y un día malo cediendo cinco minutos con Quintana fueron su peligro más latente.

Pero el esloveno supo aguantar y hasta ayudó a su compatriota Pogacar, de apenas 21 años, a vencer en Los Machucos. Fue el propio Tadej quien el acompañó en el podio junto a Alejandro Valverde, segundo. El murciano se subió por novena vez a los altos de Madrid, aunque no gana La Vuelta desde hace diez años. 

Así, entre vitoreos y aplausos, se cerró la 74ª edición de la Vuelta a España, todo en el marco de un sprint final entre Fabio Jakobsen y Sam Bennett que acabí llevándose el primero por poco menos de una rueda. Al podio con los tres primeros subieron ‘Superman’ López como combativo, y Bouchard como rey de la montaña. Ellos también sonrieron como el privado y campeón Roglic.