Recital de Supercampeonas

El FC Barcelona arrolló al Levante en la final (7-0), con hat-trick de Graham, doblete de Salma y goles de Ona Batlle y Aitana

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El Barça, campeón de la Supercopa

El Barça, campeón de la Supercopa tras golear al Levante 7-0 / SPORT.es

Maria Tikas

Maria Tikas

La mayor riqueza de un equipo no está en el qué sino, sobre todo, en el cómo, especialmente en Barcelona, capital del buen fútbol y de un palmarés que no hace más que crecer. El conjunto azulgrana estuvo brillante en la gestión emocional de una final que arrancó, en Butarque, con un susto por partida doble y que acabó, a pesar de la personalidad inicial del Levante, con una goleada que vale el primer título de la temporada. La Supercopa. 

Sin emoción no hay finales. Y de esto el Barça sabe mucho. Estaba preparado. Un reflejo de ello fue la llegada de la expedición al estadio, rostros serios y sin levantar cabeza. O también en la figura de Jonatan Giráldez -que había dibujado la misma alineación que en el Clásico-, pensativo en un rincón del banquillo mientras calentaba el equipo, apoyado por Alexia, Rolfö, Jana y Mapi León, con muletas, como en las grandes citas, y también por el presidente, Joan Laporta.

Susto inicial

Los primeros cinco minutos del Levante fueron brillantes. Ya lo había dicho Mariona en la previa: "Sánchez Vera siempre tiene algo guardado para sorprendernos". Tuvo dos ocasiones clarísimas Mayra Ramírez. La primera, tras robarle la cartera a Cata Coll cuando la guardameta quería regatearla -salvó el gol Engen sobre la línea-; y en la segunda, un disparo suyo, tras recibir un balón largo al espacio, se marchó rozando la madera.

Y contra el Barça no se puede perdonar. Porque, aunque el Levante lo dejó descolocado y al principio un tanto precipitado en los ataques, el equipo encontró la reacción desde el orden y la calma, merced a una presión alta coordinada y efectiva para hacerse con el control de la disputa. 

Un balón al larguero de Ona Batlle y un remate precioso de Graham con el exterior que no entró por poco avisaron de lo que iba a suceder a continuación, una exhibición de juego y goles interrumpida, hasta en cuatro ocasiones, por problemas de presión con los balones, que acabaron deshinchados. 

Fiesta de goles

Salma anotó el primero, desde cerca, a placer, con la izquierda, y tras una internada vertical y veloz de Graham. Lo celebró el banquillo efusivamente. La noruega hizo el segundo poco después, con la derecha y tras recoger un rechace de Mendoza a disparo de Patri. Y Ona Batlle, esta vez sí, marcó el tercero tras un pase dentro del área de Salma. 

Se había puesto el Barça en modo 'apisonadora', gracias a su presión alta y su perseverancia ofensiva para imponer su jerarquía, con una Mariona estelar que fue omnipresente. El cuarto gol culé fue una obra de arte de Graham y Aitana. Una preciosa pared, una asistencia de la catalana de tacón y un remate, a puerta vacía, de la noruega. Y Salma puso el quinto, la 'manita', desde muy cerca de la portería y a pase de Ona antes del descanso.

Mentalidad ganadora

"No nos podemos relajar", dijo la zaragozana en el entreacto, "nunca se sabe", aunque la afición -muchos culés desplazados- ya entonaba el "campeonas, campeonas". Y esto explica precisamente por qué no hay nadie, a día de hoy, que pueda parar a este equipo, que afrontó sin frenos el segundo tiempo. Porque la distancia, en España, es abismal. 

Graham marcó el sexto gol con un latigazo con la derecha dentro del área para firmar su hat-trick individual. Hasta la afición granota se levantó para aplaudirla. Y Aitana hizo el séptimo con una ejecución perfecta tras recibir un pase en diagonal de Ona.

La superioridad del Barça permitió rotaciones, en un mes de enero intenso, en una final. Martina y Vicky López tuvieron premio, y Pina -Holmgren evitó un golazo suyo desde lejos-, Oshoala y Bruna, unos minutos para coger rodaje. La goleada en la final de la Supercopa fue un aviso para navegantes: este equipo quiere ganarlo todo.