El Tenerife comienza con un laborioso triunfo ante un batallador Oviedo

El delantero catalán no pierde su olfato goleador y volvió a ser decisivo

Los carbayones rozaron el equilibrio en varias ocasiones, como un 'larguerazo' de Borja Bastón

Tenerife y Oviedo brindaron un vibrante partido

Tenerife y Oviedo brindaron un vibrante partido / Real Oviedo

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El CD Tenerife comenzó su andadura en LaLiga Hypermotion con un laborioso triunfo por 1-0 ante un batallador Real Oviedo que realizó sobrados méritos como para no regresar de vacío en su desplazamiento a la capital tinerfeña.

Un bueno o al menos ilusionante arranque de campeonato siempre supone un añadido aliciente para cualquier contendiente de todo campeonato, razón lo suficientemente atractiva para que tanto Tenerife y Oviedo iniciasen el encuentro con el claro propósito de adueñarse de los tres puntos en litigio.

Con esta clara consigna de unos y de otros comenzó un choque sin especulación alguna, con una pronta tentativa de Hugo (m.4), pero su disparo se fue por fuera de la portería de soriano, mientras que el primer serio disparo de los insulares propició el tanto de Gallego al marcar a placer (m.18), tras un rechace de Leo a disparo de Amo.

En la recta final de esta primera parte una nueva ocasión del Tenerife pudo haber supuesto su segundo tanto, pero Leo Román, sobre la línea de gol, despejó con el pecho un envenenado disparo de Luismi Cruz, mientras que un cabezazo de Aitor Buñuel repelido por el larguero también estuvo cerca de alcanzar la red ovetense.

Con estos dos serios sobresaltos para el cuadro asturiano concluyó el primer periodo, para reanudarse el juego con bastante más moderación por parte de la hueste insular, al contrario que su rival, que pudo igualar la contienda (m.57), pero el tiro de Borja, a pase de Abel, lo repelió el larguero de un adelantado Soriano.

A partir de esta clara ocasión para el cuadro de Cervera el encuentro entró en una fase mucho más igualada, con un contendida lucha en la parcela central pero con poco o nula incidencia en las inmediaciones de las respectivas porterías, de ahí la imposibilidad de un segundo movimiento en el marcador del Heliodoro.