Un Roland Garros inédito, la esperanza 'obligada' de Nadal

El varapalo de la obligada ausencia en el Mutua Madrid Open abre un escenario inédito en la carrera de Rafa Nadal. Por primera vez, desde que el torneo entró en la categoría de Masters 1000, el balear se perderá la cita en la tierra batida madrileña, una tierra batida que aún no ha pisado por el momento esta temporada.

Desde su irrupción en 2005, nunca había disputado tan solo dos partidos a las puertas de su torneo fetiche. Un Roland Garros al que hay que ponerle también un asterisco tras las palabras de Nadal en las que afirmaba no tener fecha de retorno al no encontrar la manera de solucionar por completo los problemas en el psoas.

Una lesión que arrastra desde el pasado 18 de enero y que le ha obligado ya a perderse tres de los cinco torneos de tierra batida de la temporada. Montecarlo, Barcelona, Madrid, Roma y Roland Garros han sido año tras año las grandes bazas para el tenista de Manacor, que ve como 2023 se está convirtiendo en su año negro.

Rafa Nadal anuncia que tampoco estará en el Mutua Madrid Open

Con Madrid ya descartado, Roma parece muy improbable, lo que le obligaría a llegar a París sin preparación alguna. Un hecho que no ha vivido nunca hasta el momento en su carrera y que tan solo se puede asimilar a la situación vivida en 2020, cuando la pandemia por la Covid obligó a la ATP a reducir el calendario y disputar tan solo el Masters 1000 de Roma y Roland Garros. Algo que podría aún repetirse este año, aunque el panorama que asoma no parece ser el más optimista.

Madrid y Roma, citas siempre innegociables

Las citas en las capitales española e italiana habían sido hasta ahora intocables en el calendario de Nadal. Desde 2005, año en el que se alzó con su primer Roland Garros, nunca había faltado al Foro Itálico, al igual que tampoco lo había hecho en Madrid desde que se elevó a la categoría de Masters 1000 en el 2009, cuando cambió la pista dura por la tierra batida.

Diferente era ya la situación con los descartados torneos de Montecarlo y Barcelona, que por segundo año consecutivo se han caído de los planes del balear. Pero por primera vez en sus 21 años de carrera profesional, Roland Garros asoma sin que Nadal haya jugado un solo juego sobre tierra batida, algo que empieza a hacer tambalear su presencia en París.

Todavía queda un mes para que llegué el segundo Grand Slam de la temporada y con su baja en Madrid, Nadal tiene por delante dos semanas más para valorar su presencia en el Masters 1000 de Roma, algo que serviría como prueba para luchar por su 15ª copa de los Mosqueteros.

Un descenso sin precedentes

Sea como sea, Nadal afronta una situación nunca antes vivida. Por primer año se encuentra solo con la posibilidad de disputar uno de los cuatro grandes torneos previos a la cita de Roland Garros, algo que le priva de preparación para llegar en óptimas condiciones. Cierto es que si alguien puede coronarse en París en dichas condiciones, es el mismo Rafa, aunque si por el contrario termina por no poder llegar a la cita parisina, las consecuencias podrían ser fatales.

Con los puntos de Indian Wells y Madrid ya perdidos este año, Nadal defiende los 2000 puntos de vencedor en París, unos puntos que de no poder ser defendidos le podrían hacer descender más allá del Top50. Un hecho inédito en su carrera y que le obligarían a partir de entonces a hacer un esfuerzo extra en cada torneo.

El balear aprieta con la voluntad de llegar a las últimas citas de la temporada de tierra batida e incluso explicó que ha optado por cambiar el tratamiento en busca de los resultados esperados con la lesión, conocedor de la importancia de su presencia si quiere mantenerse en una óptima situación para seguir agrandando su leyenda.